Por qué el Adventismo del Séptimo Día es pro elección

Cuando estaba estudiando en la universidad, investigué la cuestión del aborto terapéutico por primera vez. Una amiga mía, también alumna, se casó durante unas vacaciones entre semestres y muy pronto ella descubrió que había quedado embarazada durante su luna de miel. Quería seguir con sus estudios y el embarazo causó una crisis personal. Gracias a Dios, ni se le ocurrió abortar a su bebé, pero me puse a pensar en lo que haría yo en su lugar.

Recuerdo vívidamente que la miré una vez durante el ensayo de la banda y pensé: «¿Por qué no aborta a su bebé? ¡Yo lo haría!». Como adventista fiel y bien educada, «sabía» que un feto era una masa inviable de tejido, por lo menos hasta el tercer trimestre o, lo más temprano, durante la parte final del segundo trimestre. Creía que un embrión humano era parecido a un gatito no nacido; técnicamente estaba vivo, pero mientras que no pudiera vivir independientemente, no estaba verdaderamente vivo. Solamente cuando un cuerpo podía respirar y estar vivo con sus propias fuerzas era un ser vivo que no debía abortarse.

Muchos años después, empecé a darme cuenta de que los seres humanos estaban muy lejos de parecerse a los gatitos. Somos hechos a la imagen de Dios, lo cual significa que Él nos creó con cuerpos físicos y espíritus inmateriales que pueden conocer a Dios, que es espíritu (Jn 4:24). Aun más sobrecogedor es el hecho de que Dios el Hijo, quien es espíritu, se hizo humano en una acción única de identificarse con sus creaciones. Para siempre nuestro Señor Jesús es nuestro Sustituto, nuestra Cabeza y el Primogénito entre muchos hermanos.

Un día, en 2003, volví a estudiar el tema del aborto terapéutico desde la perspectiva de una comprensión bíblica de la naturaleza del hombre y llorando me arrepentí ante mi Padre misericordioso y pedí que me perdonara por haber tenido un concepto tan erróneo de la vida humana. Los bebés que han sido abortados no son como gatitos; son cuerpo más espíritu desde el momento de su concepción, porque el cuerpo más espíritu es la naturaleza de la humanidad. Por muchos años, había creído que el aborto simplemente eliminaba una masa insensible de tejido que contenía potencial, pero que no tenía identidad viable. Finalmente entendí que un feto humano es nada menos que una persona como yo, y quedé desconsolada.

Los adventistas y el aborto terapéutico

            En agosto de 2013, George B. Gainer publicó su tratado, The Wisdom of Solomon? or The Politics of Pragmatism: the General Conference Abortion Decision 1970-71, en el internet. Gainer, actualmente el pastor principal de la iglesia adventista de Pleasant Valley en Happy Valley, Oregon, había escrito y presentado la historia comprensiva de las políticas adventistas en 1988 en la conferencia Loma Linda University Conference on Abortion. Esta conferencia fue «el preludio al Christian View of Human Life Committee1» que se formó en 1989 y con el tiempo produjo las directrices ahora oficiales del aborto terapéutico que adoptaron en octubre de 1992.

Gainer explica su decisión de publicar su tratado con estas palabras: «Las directrices contradictorias y el fracaso en abordar el tema directamente ha resultado en la amplia ignorancia y confusión entre los cleros y los laicos adventistas y el público, lo cual persiste hasta ahora. Es tiempo de que los adventistas aprendan nuestra historia sobre el tema del aborto terapéutico2».

Estoy endeudada a las investigaciones de Gainer y me refiero a sus resultados mientras sigo la historia del aborto en el mundo del adventismo.

Gainer documenta que los primeros adventistas, incluso James y Ellen White, J. N. Andrews y el doctor John H. Kellogg, se oponían al aborto terapéutico. Su posición pro vida reflejaba la actitud predominante en la comunidad médica en general después del descubrimiento en 1827 del óvulo humano. Aunque los científicos ya entendían que la procreación de los mamíferos involucraba de alguna forma el óvulo de la hembra y el esperma del macho, no conocían el mecanismo y las estructuras de la concepción3. Este descubrimiento resultó en un entendimiento por parte de los científicos de que «una vida humana distinta fue creada por medio de la fertilización del óvulo con un esperma»4. Como resultado de este descubrimiento, surgió el primer movimiento pro vida en los Estados Unidos, dirigido por el doctor Horatio Robinson Storer y establecido bajo el nombre «The Physician’s Crusade Against Abortion» durante los años 1850 a 1890. Es significativo que los fundadores de la religión adventista apoyaran esta posición popular, que se oponía a la práctica común del aborto terapéutico antes del descubrimiento impresionante del óvulo en la década de 1820.

El «Physician’s Crusade» tuvo éxito en efectuar la legislación anti aborto en los Estados Unidos y, ya cuando tenían leyes vigentes, el debate público sobre el aborto se enfrió. Gainer cita a Kristin Luker en su libro de 1984, Abortion & the Politics of Motherhood diciendo que los próximos 70 años se conocieron como «el siglo del silencio»6 y, tanto los cristianos como la sociedad en general tuvieron una fuerte posición anti aborto hasta el siglo veinte.

Pero durante la década de 1960, había un fuerte apoyo del aborto que crecía en los Estados Unidos. Tanto muchos cristianos como el público en general empezaron a proclamar que la calidad de vida de la madre y la familia era más importante que la vida del feto, y este movimiento para anular la legislación anti aborto del siglo diecinueve culminó en la decisión infame de Roe v. Wade en 1973, la que legalizó el aborto terapéutico en los Estados Unidos.

Mientras tanto, el sistema adventista de servicios médicos empezó a lidiar con este problema en 1970. En enero de ese año, el estado de Hawái revocó su ley anti aborto y de repente el hospital adventista, Castle Memorial, afrontó una crisis. Había dos hospitales públicos en Oahu que aceptaban casos de maternidad y obstetricia; uno era exclusivamente un hospital de ginecología y obstetricia y Castle Valley era el único establecimiento general que aceptaba casos de maternidad. Antes del cambio de ley, Castle Memorial había hecho varios «abortos terapéuticos» o terminación de embarazos en casos en que la vida de la madre estaba en peligro, en casos de violación o de incesto o de extrema ansiedad mental de la madre. Pero con las leyes más liberales sobre el aborto terapéutico, Castle Valley arriesgaba perder sus clientes ginecológicos y obstétricos si no ofrecía abortos electivos como hacía el cercano Hospital Kapiolani.

La situación se transformó en una crisis un día cuando un hombre se acercó a Marvin C. Midkiff, el administrador de Castle Memorial Hospital. Quería que su hija de 16 años, que tenía dos meses de embarazo, tuviera un aborto terapéutico. El hombre recordó a Midkiff porque cuando el hospital estaba recaudando fondos para el edificio original, el folleto (que el hombre tenía consigo) declaraba que «este hospital será un hospital DE SERVICIO COMPLETO» que proveerá cada servicio necesario para los habitantes de la comunidad»6. Luego, para añadir énfasis a su demanda, mostró a Midkiff el cheque cancelado que había entregado él hace muchos años para la construcción de Castle Memorial Hospital.

Ese encuentro fue sólo el comienzo de una presión creciente para que Castle Valley proveyera abortos por demanda, tomando en cuenta su publicidad de ser un hospital de servicio completo. W. J. Blacker, el presidente de la conferencia Pacific Union Conference, pidió consejo del General Conference, pero ningún administrador adventista conocía una posición adventista sobre el aborto7. Por consiguiente, Castle Memorial adoptó una decisión provisional que, de modo que no había una posición oficial de la iglesia adventista, el hospital haría abortos por demanda durante el primer trimestre si el paciente había recibido antes consejo del clero y de dos médicos.

En marzo de 1970, los oficiales del General Conference se reunieron para hablar de esta cuestión. Neal Wilson, entonces presidente de la North American Division, hizo una declaración el 17 de marzo que fue publicada por el Religious News Service. Se afirmó que él dijo:

No pensamos que es nuestra responsabilidad promover las leyes para legalizar el aborto terapéutico… ni oponernos a ellas… aunque estamos en ambos lados, los Adventistas del Séptimo Día estamos más dispuestos a apoyar el aborto en vez de oponernos a él. Dado que sabemos que somos afrontados con los problemas grandes como el hambre y la superpoblación, no nos oponemos a la planificación familiar y a las iniciativas apropiadas para controlar la población8.

Finalmente, después de una discusión continua y la redacción, el 13 de mayo de 1970 el General Conference (GC) votó por aceptar «directrices sugeridas para los abortos terapéuticos»9. Pero este voto revela el juego de manos que empleó la organización adventista para evitar una declaración de apoyo oficial de abortos. Una declaración o directriz oficial hubiera tenido que venir de un voto del comité del General Conference. Pero esta directriz sugerida sólo vino de los oficiales del GC. Era suficientemente «oficial» para sugerir que los médicos y los hospitales adventistas hicieran abortos pero al mismo tiempo era suficientemente «no oficial» para que Marvin Midkiff regresara a Hawái sin saber cuál era la posición oficial de la iglesia adventista.

Los oficiales habían pensado en presentar sus directrices sugeridas a la sesión del GC el junio siguiente para un voto oficial. Pero terminaron con este plan porque muchos miembros de la comunidad médica dijeron que estas declaraciones no eran muy distintas de la práctica común que tenían antes de la revocación de las leyes anti aborto en Hawái. Las directrices bajo discusión eran:

Se concluye que se puede hacer abortos terapéuticos bajo las indicaciones a continuación:

  1. Cuando la continuación del embarazo puede amenazar la vida de la mujer o afectar gravemente

su salud.

  1. Cuando es probable que la continuación del embarazo resulte en el nacimiento de un bebé con graves deformidades físicas o retraso mental.
  2. Cuando la concepción ha ocurrido como resultado de una violación o incesto.

Cuando hacen abortos terapéuticos según las indicaciones deben hacerlos durante el primer trimestre del embarazo»10.

La adopción no oficial de estas directrices no resolvió el problema ni el hecho de que los oficiales las removieron sigilosamente de la agenda del GC. Entre julio de 1970 y el fin de año, hubo muchas conversaciones sobre este tema. Castle Memorial (CM) estaba cada vez más exigente porque sus médicos no adventistas estaban amenazando con llevar a sus pacientes a otro hospital si CM no apoyaba el aborto terapéutico oficialmente. Un grupo expandido llamado el Abortion Problems Committee se reunió el 20 de julio pero, para su segunda reunión, el 25 de septiembre, este comité sólo había logrado una recomendación que otro grupo todavía más grande se reuniera para elaborar directrices uniformes para los hospitales de Norteamérica11.

En diciembre de 1970, el jefe del personal de CM, el doctor Raymond DeHay escribió dos cartas, una dirigida al presidente del consejo de administración de CM y otra al presidente del GC, Robert Pierson, casi rogándoles a declarar una posición oficial. Pierson respondió con una afirmación de las directrices no oficiales vigentes y anunció que «un comité competente» se reuniría el próximo mes en Loma Linda, California, para hablar más de esta cuestión12.

El 25 de enero de 1971, se reunieron apenas once de los dieciocho miembros nombrados para este comité por los oficiales del GC. Cuatro miembros nuevos fueron añadidos a los once, produciendo un comité ad hoc de quince. Los miembros que participaron en esta reunión fueron: W. R. Beach; David Hinshaw, M.D.; P. C. Heubach; C. B. Hirsch; Gordon Hyde; Joann Krause; Elizabeth Larsen, M.D.; R. E. Osborn; Jack W. Provonsha, M. D.; A. G. Streifling; W. D. Walton; N. C. Wilson; la Sra. C. Woodward; Harold Ziprick, M.D.; y C. E. Bradford. El presidente del General Conference, Robert Pierson estaba ausente, pero sólo 20 días antes había declarado su apoyo de las directrices existentes.

  1. R. Beach, Harold Ziprick el jefe del departamento de ginecoobstetricia de Loma Linda, y Jack Provonsha presentaron sus escritos. Beach resumió el trabajo del año anterior hecho por el Abortion Committee y concluyó que las circunstancias cambiadas, especialmente en Hawái y New York, requerían una declaración actualizada. Ziprick habló de la complejidad de la cuestión del aborto y Provonsha dijo que siempre debían tratar de salvar la vida de ambos, la mamá y el bebé, pero que en situaciones donde esta meta no fuera posible, «el inferior [el feto] debe ser sacrificado a favor del valor humano superior»13. Esta reunión concluyó con una recomendación de que los oficiales del GC nombraran un comité adicional para más estudio de esta cuestión.

Emergen nuevas directrices

Durante febrero de 1971, el Abortion Committee fue a trabajar a Washington, D. C. Revisó las directrices existentes y emergió un documento completamente nuevo titulado «Interruption of Pregnancy Guidelines» (Directrices para la interrupción de un embarazo). Sus recomendaciones reflejaban las cuestiones éticas y médicas de los artículos de los doctores Ziprick y Provonsha presentadas anteriormente en la reunión de Loma Linda.

El comité añadió dos directrices más a las tres existentes. Inicialmente, estas dos adiciones, números 4 y 5 permitían:

  1. «En el caso de una muchacha no casada que tenga menos de 15 años de edad» el aborto era permisible.
  2. «Cuando en armonía con la declaración de los principios anteriormente mencionados, los requisitos de la vida humana funcional demandan el sacrificio del valor humano potencialmente inferior»14.

Durante los meses siguientes, hicieron cambios significativos de varias directrices como resultado de la correspondencia entre W. R. Beach, el presidente del comité, y N. C. Wilson, el entonces presidente del North American Division, quien más tarde sucedería a Robert Pierson como presidente del GC. Es interesante notar que las sugerencias de Wilson cambiaron persistentemente las directrices en una dirección más liberal.

En una carta con fecha del 8 de marzo de 1971, Beach estaba de acuerdo con las recomendaciones de Wilson, escritas en una carta con fecha del 2 de marzo de 1971, que deben eliminar la palabra «graves» en la directriz número 2. Por lo tanto, el aborto sería permitido, no sólo en los casos que probablemente resultarían en «el nacimiento de un bebé con graves deformidades físicas o retraso mental», sino también en cualquier caso de posibles deformidades o retraso mental15.

Después de este intercambio de cartas entre Beach y Wilson, el comité hizo dos cambios más significativos a las directrices emergentes. Eliminaron la palabra «gravemente» de la directriz número 1, permitiendo el aborto no sólo de los embarazos que amenazaban con «afectar gravemente» sino también en casos en que simplemente amenazan con «afectar» la vida de la madre. El segundo cambio, el cambio más amplio y profundo, ocurrió en la directriz número 5: «Cuando por alguna razón los requisitos de la vida humana funcional demandan el sacrifico del valor humano inferior» el aborto es permitido16. La adición de las palabras «por alguna razón» abrió la puerta para hacer este procedimiento por cualquier razón. Por consiguiente, una mujer que pensaba que el embarazo interfería con su oportunidad de seguir sus estudios escolares, mantener su empleo o de cualquier modo vivir la vida que quería, ella podía elegir un aborto.

Finalmente, el comité presentó esta declaración nueva con los oficiales del GC en marzo de 1971, pero no tomó ninguna medida. A pesar de la creciente presión del Pacific Union Conference de tener algo definitivo para entregar a los hospitales, el presidente del comité, Beach, lo dejaba para más tarde. Le preocupaba respaldar una política demasiado liberal. Sin embargo, el 10 de agosto de 1971, C. E. Bradford, secretario del comité renombrado «Committee on Interruption of Pregnancy» publicó una declaración que identificaba las directrices:

«como la opinión de un comité representativo de teólogos, médicos, maestros, enfermeras, psiquiatras, laicos, etcétera, que se reunieron en Loma Linda, California, el 25 de enero de 1971 con el entendimiento de que el informe debe ser utilizado como un consejo para las instituciones médicas de la denominación»17.

Esta declaración aparentemente reveló un enfoque nuevo: el documento que el comité había escrito no era una política general de la denominación sobre el aborto; fue considerado una política para los hospitales adventistas. De hecho, el título de esta declaración era «Recommendations to SDA Medical Institutions» (Recomendaciones para las instituciones adventistas médicas).

El documento no sólo fue presentado específicamente a las instituciones y no a la membresía general, sino que Bradford también declaró que la organización adventista realmente no «poseía» la declaración como un documento de posición oficial. Dijo en su carta introductoria: «Supongo que se diría que este [documento] es quasi oficial, sin el pleno imprimátur de los hermanos»18.

Y ¿cuáles eran las Interruption of Pregnancy Guidelines de 1971? Eran:

  1. Cuando la continuación del embarazo puede amenazar la vida de la mujer o afectar su salud.
  2. Cuando es probable que la continuación del embarazo resulte en el nacimiento de un bebé con deformidades físicas o retraso mental.
  3. Cuando la concepción ha ocurrido como resultado de una violación o de incesto.
  4. En el caso de una muchacha no casada que tiene menos de 15 años de edad.
  5. Cuando por alguna razón los requisitos de la vida humana funcional demandan el sacrificio del valor humano potencialmente inferior.

Cuando la interrupción del embarazo indicada se realiza, se debe hacerla lo más temprano posible, preferiblemente durante el primer trimestre del embarazo19.

Después de más de un año de reuniones, cartas, comités y conversaciones, la organización adventista todavía no tenía una política oficial sobre el aborto terapéutico. Tenían un conjunto de directrices que eran más liberales, directrices que había ayudado a formar el nivel más alto de los administradores y los profesionales de la iglesia. De hecho, ahora los hospitales adventistas iban a usar este nuevo conjunto de directrices para determinar su propia política sobre el aborto. Sin embargo, la Iglesia Adventista del Séptimo Día no decía que estas directrices eran «oficiales». Podía negar que fueran sus directrices.

Pero Castle Memorial Hospital finalmente tenía lo que necesitaba. Aunque solamente era quasi oficial, este conjunto de directrices fue provisto por el General Conference y, en las palabras del administrador Marvin Midkiff, era «suficientemente general para interpretarlo como uno quiera»20. Esta declaración dio permiso a CM, y a cualquier otro hospital adventista, a «ofrecer abortos a demanda, hasta la vigésima semana (y más tarde por «razones sociales o médicas convincentes»21) y todavía armonizar con las directrices del General Conference»22.

Hay que notar aquí que esta política permisiva antedataba la decisión del Tribunal Supremo Roe v. Wade que legalizó los abortos en los Estados Unidos en 1973.

La duplicidad interna

¿Cuál es la verdadera posición de los adventistas sobre el aborto? Puesto que las directrices de 1971 nunca fueron «oficiales» y que se dirigían a las instituciones médicas, ¿representan las directrices de la iglesia adventista? ¿Los miembros saben lo que permite esta política de los hospitales?

Históricamente, aparentemente «la mano derecha» no fue informada sobre lo que hacía «la mano izquierda». En marzo de 1971, el mismo mes en el que N. C. Wilson y W. R. Beach estaban formulando las directrices nuevas y más liberales para los hospitales adventistas, la revista The Ministry publicó una edición sobre el aborto terapéutico. Además de los artículos que advirtió contra abortos terapéuticos después del primer trimestre, la revista publicó las tres directrices originales aprobados por el GC Committee el 13 de mayo de 1970. Irónicamente, las liberales Interruption of Pregnancy Guidelines, fueron escritas para la fecha del 2 de marzo de 1971 y las revisiones finales se estaban haciendo en exactamente el mismo tiempo de la publicación de esta edición de The Ministry.

Una persona se oponía apasionadamente a esta publicación: Robert E. Osborn, un oficial del General Conference y miembro del Abortion Committee. Sabiendo que las directrices originales se consideraban demasiado restrictivas y habían sido anuladas por las revisiones de las Interruption of Pregnancy Guidelines que se estaban produciendo durante el mismo tiempo, Osborn escribió al presidente del comité, W. R. Beach y dijo: «Me parece que los artículos [en The Ministry] son completamente prematuros; si no, el nombramiento de un comité para estudiar el asunto detalladamente es una farsa»23.

Beach defendió la publicación de las directrices tempranas en The Ministry en una respuesta confusa, diciendo que proveían un contexto para la introducción de las directrices nuevas y liberalizadas en un próximo informe»24. Pero nunca publicaron las nuevas directrices liberalizadas. Desde la publicación de 1971 en The Ministry, las directrices originales de 1970 sobre el aborto terapéutico fueron las únicas que estaban a disposición de todos los miembros hasta las directrices adventistas actuales sobre el aborto terapéutico, establecidas el 12 de octubre de 1992.

No existe evidencia que indique que la organización adventista haya hecho algún intento de informar a los clérigos ni a los laicos que había un nuevo conjunto de directrices que permitían activamente que los hospitales adventistas hicieran abortos a demanda. En realidad, parece que el liderazgo ha usado la primera publicación prematura y obsoleta como algo detrás de lo cual esconderse para presentar una faceta conservadora, tanto a sus miembros como a la comunidad cristiana en general.

Por ejemplo, en el mismo tiempo en que se publicaron los escritos de Gainer, el Columbia Union Executive Committee había dado copias de las directrices descartadas de 1970 al Ohio Conference cuando pidieron consejos sobre el aborto terapéutico en 1987. Es más, en 1984 el Christian Action Council publicó su A Community Planning Guide for Sanctity of Human Life Sunday. Esta publicación incluía un «Summary of Attitudes Toward Abortion by Religious Organizations» (un resumen de las actitudes sobre el aborto de las organizaciones religiosas). A causa del uso de las directrices obsoletas en el foro público, el Action Council decidió que el adventismo pertenecía al segundo grupo de los que «generalmente se oponían al aborto pero que harían excepciones en casos extremos»25.

Desde 1971, las publicaciones adventistas han perpetuado la confusión. A través de los años, columnistas y redactores adventistas han publicado declaraciones donde han usado las directrices de 1970 como la regla adventista oficial. De hecho, una situación particularmente alarmante ocurrió en la publicación oficial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, la Adventist Review, en 1986. En la edición del 13 de febrero, la revista publicó un artículo titulado «In-depth look at the Adventist Health System» (una examinación detallada del sistema de salud adventista), incluyendo una entrevista de siete páginas con Donald Welch, el fundador de lo que llegó a conocerse como Adventist Health Systems, llevada a cabo por el redactor William Johnsson y el redactor asociado MyronWidmer.

En la entrevista, Welch dijo:

La Iglesia produjo directrices para los hospitales y las instituciones sanitarias en cuanto al aborto terapéutico en 1969 (sic). Estas directrices enfáticamente desalientan los abortos. Permiten abortos en casos específicos donde hay consulta médica, cuando varios médicos concuerdan en que sea necesario para la salud de la madre y en otros casos específicos, tales como la violación»26.

Aquí Welch se refería a las directrices de 1970, no a las Interruption of Pregnancy Guidelines de 1971. Él pasó a decir más cosas asombrosas, como la siguiente: «Voy a ser franco y decirles que hubo un tiempo en que un número de nuestras instituciones hicieron muchos abortos y esta situación llevó a estas directrices»27.

Es difícil creer que Welch haya ignorado el hecho de que a los hospitales adventistas se les había permitido practicar abortos a demanda desde 1971, dado que había sido el administrador de los hospitales adventistas desde 1961 y había fundado el Adventist Health System Sunbelt, lo cual luego se convirtió en Adventist Health Systems.

Aun peor que la falsedad de Welch fue la reacción de Johnsson cuando recibió seis confrontaciones específicas en tres reuniones en un periodo de dos meses, dirigidas a las discrepancias de la entrevista de Welch. Dijo que iba a publicar dos cartas en la sección de la revista de «Cartas al redactor» para corregir los errores, pero nunca las publicó28. En cambio, la publicación adventista oficial ha permitido que «las declaraciones de Welch continúen sin desafiarse y, otra vez, la Iglesia en general perdió la oportunidad de saber la verdad»29.

La política actual

Actualmente la organización adventista publica una directriz sobre el aborto terapéutico en su sitio web oficial. Es difícil de encontrar y está oculta en una página web llamada «OfficialStatements/Guidelines» bajo el botón del menú titulado «Information». La directriz es larga y compleja, con siete declaraciones de principios, pero a pesar del tono piadoso, contiene las declaraciones a continuación. Los números de las declaraciones se encuentran al principio de los siguientes párrafos30:

  1. Por consiguiente, la vida prenatal no debe ser destruida desconsideradamente. Debe hacer un aborto terapéutico solamente por razones de mayor gravedad.
  2. Sin embargo, a veces las mujeres pueden afrontar circunstancias excepcionales que presentan serios dilemas morales o médicos, como graves amenazas a la vida de la mujer embarazada, cuando su salud está en grave peligro, defectos congénitos severos cuidadosamente diagnosticados en el feto, y un embarazo que resulta de la violación o el incesto. La mujer, después de consulta apropiada, debe tomar la decisión final de terminar el embarazo o no. Debe ser ayudada en su decisión por medio de información precisa, principios bíblicos y la dirección del Espíritu Santo. Es más, estas decisiones se hacen mejor en el contexto de relaciones familiares saludables.
  3. Por lo tanto, cualquier intento de forzar a la mujer a continuar o terminar el embarazo debe ser rechazado como violación de la libertad personal.
  4. Las instituciones eclesiásticas deben tener directrices para formular sus propias políticas institucionales en armonía con esta declaración.

En otras palabras, la declaración pública actual de la iglesia adventista aparentemente repite las directrices de la declaración original de 1970, pero con un cambio significativo de énfasis en la declaración número 4: han añadido «cuando su salud está en grave peligro» a las palabras «graves amenazas a la vida de la mujer». En vez de las palabras originales «Cuando la continuación del embarazo puede amenazar la vida de la mujer o afectar seriamente su salud», la declaración actual distingue entre las amenazas a la vida de la mujer y cuando su salud está en peligro. Esta distinción permite que «las amenazas» sean algo además de los riesgos para la salud, y posiblemente pueden incluir casos como no ser capaz de mantener al bebé, el daño de la reputación familiar, la amenaza a la carrera educacional o profesional, etcétera. Al mismo tiempo la declaración número 6 dice que las instituciones (los hospitales) «deben tener directrices para formular sus propias políticas institucionales». Esta proclamación indica claramente que los hospitales tienen un conjunto de directrices distinto de esta declaración pública oficial.

En realidad, la redacción de la declaración pública sobre el aborto intenta ocultar el hecho de que por más de 40 años han existido dos conjuntos de directrices en el adventismo: la declaración generalmente empleada de 1970, la cual a pesar de la redacción cuidadosa, es pro elección, y las Interruption of Pregnancy Guidelines para los hospitales y los proveedores médicos, que han existido desde 1971. Sin embargo, en este documento actual, las reglas permisivas de la declaración institucional de 1971 están cuidadosamente tejidas en la redacción de la política pública oficial de la organización sobre el aborto. Una lectura detenida revela que una mujer puede elegir terminar o no terminar el embarazo por cualquier razón que le importe y los hospitales adventistas tienen la libertad de hacer abortos a su discreción.

¿Cuál es la verdad?

Cuando George Gainer estaba preparando su tratado, la American Hospital Association Guide to the Health Care Field de 1986, pronunció:

Doce de los 56 hospitales adventistas en los Estados Unidos [están] ofreciendo «servicios de abortos» incluso «un programa y centros»31. Los hospitales nombrados son: Castle Medical Center, Hadley Memorial Hospital, Hanford Community Hospital, Loma Linda University Medical Center, Porter Memorial Hospital, Portland Adventist Medical Center, Shady Grove Adventist Hospital, Shawnee Mission Medical Center, Sierra Vista Hospital, Walla Walla General Hospital, Washington Adventist Hospital y White Memorial Medical Center. Se puede perdonar a la persona que se pregunta si nuestros otros hospitales que presentaron informes sobre los cuales se basa el Guide son precisos en cuanto a la diferencia entre el aborto terapéutico y el aborto electivo»32.

Nic Samojluk de Loma Linda ha estado investigando a los adventistas y el aborto durante un periodo de varios años para su tesis doctoral. Tiene información de seguimiento que arroja luz sobre los datos actuales disponibles que tratan del aborto y los hospitales adventistas. En su sitio web www.Adventlife.Wordpress.com, se refiere al tratado de George Gainer y nombra los hospitales mencionados anteriormente. Samojluk dice: «Una encuesta realizada tres años después por el Departamento de ética de la Universidad de Loma Linda mostró que cinco de estos hospitales adventistas hacían —así como nuestro CMH [adventista]— abortos electivos»33.

Él confirma lo que muchos han descubierto: es muy difícil obtener información precisa sobre los abortos hechos en los hospitales adventistas. Sin embargo, ha podido obtener información sobre Washington Adventista Hospital (WAH) en Maryland. Primero, cita la investigación de Gainer publicada en su tratado y en el Washington Post: «En cuando a los números, los participantes en el “Pastors Protest Against Abortion” (la protesta de los pastores contra el aborto) [realizada el 5 de octubre de 1985] suministró la cifra de 1.494 abortos practicados en Washington Adventist Hospital entre 1975 y julio de 1982. Dijeron que la oficina de registros médicos del hospital suministró estas estadísticas»34. Este número se traduce en un promedio de 213 abortos cada año. Es de interés saber que hubo una caída súbita en el número de abortos en WAH después de 2005.

También, Samojluk escribe de los resultados de las investigaciones de un católico independiente, Patrick Murebil: «Una década más tarde, el mismo hospital adventista reportó 547 abortos cada año35, pero para 2006, la cantidad de abortos en la misma institución bajó a 47, con 48 abortos reportados durante el año 2007»36.

En años subsecuentes, WAH reportó 38 abortos en 2008, 27 en 2009 y 20 en 2010. Aparentemente, la reducción significativa en números se debe al hecho de que WAH dejó de reportar datos sobre los procedimientos ambulatorios, mientras que las estadísticas de antes de 2005 incluían ambos procedimientos, hospitalizados y ambulatorios. Cuando Samojluk pidió las estadísticas de las visitas ambulatorias de los años 2008-2010, le dijeron que no estaban disponibles. Samojluk dice: «Un corresponsal mío que tiene estrechas conexiones con la oficina de General Conference me ha dicho que le informaron a él que la iglesia casi ha imposibilitado el acceso a los datos precisos sobre las estadísticas de abortos en hospitales adventistas»37.

En febrero de 2011, Samoljuk asistió a una reunión pública en Redlands, California, en la cual el presidente del General Conference, Ted Wilson (hijo de N. C. Wilson, quien ayudó a formular las Interruption of Pregnancy Guidelines de 1971) era el orador principal. Samoljuk le preguntó sobre los abortos electivos en los hospitales adventistas. Wilson respondió que la iglesia adventista no los aprobaba, y que los abortos habían bajado casi a cero. Sugirió que Samoljuk se pusiera en contacto con el doctor Alan Handysides del General Conference para obtener más información y, aunque Samoljuk escribió al doctor Handysides, no recibió ninguna repuesta38.

En realidad, la redacción de la declaración pública sobre el aborto intenta ocultar el hecho de que por más de 40 años han existido dos conjuntos de directrices en el adventismo.

Lo que sabemos

La historia de las políticas adventistas sobre el aborto, tanto de las políticas internas como de las públicas, es un estudio interesante en torno al engaño y «la gestión de la impresión». Esta dinámica sería significativa en sí, pero esto es importante por una razón más profunda que la simple ofuscación de la verdad por parte de los adventistas. La razón subyacente por la cual el adventismo, que generalmente se considera una denominación cristiana, sigue una política pro elección y aun ha practicado abortos, es su doctrina sobre la naturaleza del ser humano. Los adventistas creen y enseñan que los seres humanos son cuerpo más aliento, el aliento literal en sus pulmones; cuando el aliento cesa, el cuerpo muere, así como la luz se extingue cuando se apaga la electricidad. Por consiguiente, enseñan que los seres humanos no tienen un espíritu inmaterial que existe aparte del cuerpo.

Aunque es verdad que muchos adventistas se oponen al aborto, su presencia persistente en el adventismo y entre adventistas tiene sentido cuando uno entiende lo que creen sobre el feto.

En un hito histórico, la edición de marzo de 1970 de The Ministry mencionado anteriormente, el doctor Ralph F. Waddell, secretario del General Conference Department of Health escribió un artículo titulado «El aborto no es la respuesta». Él declaró su apoyo del aborto terapéutico, pero dijo que deben hacerse «durante los primeros tres meses, antes de que se considere que el embrión posee vida en sí»39.

Para que nadie diga que la cita del doctor Waddell es solamente su opinión, que el adventismo no enseña oficialmente que los no nacidos no están vivos técnicamente, note en la cita a continuación que la enseñanza adventista oficial es mucho menos conservadora que la del doctor Waddell. El pasaje que sigue viene de la edición actual de Seventh-Day Adventists Believe, el libro que enumera y explica las 28 Creencias Fundamentales de la organización y que dice abiertamente que un alma «empieza a existir» cuando un bebé nace. Lo importante es que la cita dentro de esta cita viene del SDA Bible Commentary, edición revisada:

Como ya hemos mencionado, en el Antiguo Testamento «el alma» es una traducción de la palabra hebrea nephesh. Génesis 2:7 denota al hombre como un ser vivo después de que el aliento de vida haya entrado en su cuerpo físico formado de elementos de la tierra. «Del mismo modo, un alma nueva empieza a existir cuando un bebé nace (el énfasis es nuestro), cada “alma” siendo una nueva unidad de vida distinta y separada de las otras unidades similares. Esta cualidad de individualidad en cada ser vivo que lo constituye como entidad única parece ser la idea enfatizada por el término hebreo nephesh. Usado con este sentido, nephesh no es una parte de la persona; es la persona (el énfasis es nuestro), y en muchos casos se traduce por “persona”…»40.

Esta creencia fundamental, que una persona viva empieza a existir solamente cuando el bebé empieza a respirar, explica por qué los adventistas han sido figuras clave en el mundo de los abortos. Por ejemplo:

  • En 2003, la revista ¡Proclamación! publicó un artículo de tres partes, escrito por Richard Fredericks, PhD titulado «A Biblical Response to Abortion». Los tres capítulos aparecieron en las ediciones de enero/febrero, marzo/abril y mayo/junio de la revista. En el primer capítulo, Fredericks cuenta esta historia:

 

  • Una pediatra joven reportó un aborto de salino tardío en un hospital adventista en que el aborto fracasó. El bebé nació vivo y llorando, pero lo pusieron en una cubeta cerrada para sofocarlo. Ella fue horrorizada por tal acto de asesinato. Además del horror inicial, dos cosas más la dejaron atónita: primero durante su entrenamiento había dicho que iba a retirarse de la escuela médica (Universidad de Virginia) en vez de participar en o hacer un aborto debido a sus convicciones religiosas como adventista. Al principio, dijeron que tendría que ayudar en un aborto para graduarse pero después la Universidad se echó atrás. Ella dio por sentado que, como iglesia adventista, tomábamos una posición fuerte contra el aborto. Segundo, se enteró de que los abortos por conveniencia (emergencias no médicas) eran ocurrencias regulares en los hospitales adventistas. Nunca voy a olvidarme de sus lágrimas cuando mi miró y me dijo: «¿Cómo podemos hacer esto?»41.
  • En 2011, una competencia entre Adventist Health Care y Holy Cross Hospital terminó cuando los oficiales de Maryland dieron permiso a Holy Cross para construir un hospital nuevo en la zona norte del estado en el condado de Montgomery. La batalla para obtener el contrato había atraído mucha atención de algunos grupos de mujeres y defensores de la salud reproductiva. A continuación, citamos una historia que apareció en el Washington Post en el 6 de enero de 2011, escrito por la redactora Lena H. Sun:

En un documento de 105 páginas de excepciones presentado el jueves, Adventist, basado en Rockville, pide a la Maryland Health Care Commission que postergue una decisión final sobre la reunión del 20 de enero y que vuelva a abrir el análisis a causa de lo que mantiene Adventist que son conclusiones erróneas y no corroboradas sobre los costos y otros factores clave…

Uno de los errores que Adventist citó en la recomendación de Moon [el presidente de la comisión] tiene que ver con servicios reproductivos que serían ofrecidos por Holy Cross, un hospital católico.

Los defensores de la salud reproductiva en todo el país han manifestado preocupaciones sobre las directrices religiosas que previenen que los hospitales católicos provean una variedad de servicios, incluso tratamientos de fertilidad, abortos, ligaduras de trompas y anticoncepción hormonal. Varios grupos de mujeres dicen que, a causa de esas restricciones, la propuesta de Holy Cross socavaría las prioridades de salud pública42.

Sally Quinn, también periodista del Washington Post, escribió un artículo titulado «Seventh-day Adventists and Abortion» y lo publicó en enero de 2011. Aunque el artículo original se ha removido, se citó en Religious Liberty.tv el 9 de diciembre de 2013. En su artículo, Sally escribió:

Los cristianos de todas denominaciones están reuniéndose en el Paseo Nacional de Washington DC ahora para protestar el aniversario número 38 de Roe v. Wade, la decisión de la Corte Suprema de 1973 que legalizó el aborto para el país. Pero una denominación que puede ser escasamente representada es la Iglesia Adventista del Séptimo Día, cuya gran red mundial de 170 hospitales permite abortos electivos.

Su posición fue revelada la semana pasada cuando los reguladores del estado de Maryland dieron permiso a Holy Cross Hospital, una institución católica, a construir un hospital en una parte creciente de un condado del norte llamado Montgomery, excluyendo a los adventistas que también querían construir un hospital en la zona. Algunos defensores de los derechos del aborto se oponían a la propuesta de Holy Cross porque no permite abortos»43.

  • El 30 de junio de 2014, la Corte Suprema resolvió a favor de la tienda artesanal Hobby Lobby, conocido como «el caso de Hobby Lobby». Según el Affordable Care Act (ACA), la anticoncepción ahora se considera «un servicio preventivo» y, como tal, debe ser cubierta por seguros sin el requisito de un co-pago. Hobby Lobby, un establecimiento que pertenece a cristianos, demandó una exención por razones de libertad religiosa, explicando que, aunque cubran 16 clases de medicinas anti contraceptivas, se oponían a la provisión de seguros para sus empleos de «las píldoras del día siguiente» o de aparatos hormonales o de dispositivos intrauterinos de cobre (DIU) que prevengan que se implante un óvulo fertilizado. Pero, bajo el ACA, estos productos se llaman «anticonceptivos».

La división norteamericana de la Iglesia Adventista del Séptimo Día (North American Division, NAD) emitió un comunicado el mismo día, declarando que se veía «alentado» por la decisión que «defiende las amplias protecciones de la libertad religiosa para todas las personas de fe». Sin embargo, la declaración también decía que la iglesia adventista tiene el compromiso establecido de la atención médica y de «mejorar la salud de todos, incluso de las mujeres».

En el penúltimo párrafo, el comunicado de NAD dice: «La Iglesia Adventista del Séptimo Día, en sus Creencias Fundamentales y sus enseñanzas basadas en la Biblia, no se opone a la provisión de los métodos de contracepción en cuestión (Véase Official Seventh-day Adventist Church Statement on Birth Control) y ha cumplido plenamente con esta provisión del ACA para sus empleados basados en los Estados Unidos»44.

El comunicado actual revela que la organización adventista no considera que la concepción marque el comienzo de la vida, ni ve la necesidad de proteger un óvulo fertilizado. Además, esta declaración muestra el fundamento que subyace la posición y la práctica pro elección de la organización.

  • Louise Tyrer, MD, conocida como «pionera auténtica del movimiento de pro elección y pro planificación familiar»45, era hija de misioneros adventistas en China y se graduó de la Universidad de Loma Linda Escuela de Medicina en 1944. Era miembro fundador de la Association of Reproductive Health Professionals (ARHP) en 1963 y «una de las primeras voces del movimiento pro elección»46. En 1975, ella fue nombrada la primera vicepresidente de asuntos médicos para Planned Parenthood Federation of America y ocupó el cargo por 15 años. Después de la edad de 70 años, continuó consultando con varios grupos como Abortion Rights Mobilization en Nueva York y el U. S. State Department, era directora médica para Planned Parenthood en el norte de Nevada e hizo campaña para el medicamento RU-487 para abortos47.
  • Edward C. Allred, MD, graduado adventista de la Universidad de La Sierra y la Escuela de Medicina de la Universidad de Loma Linda, fundó el Avalon-Slauson Medical Group en 1969. Más tarde, el grupo fue nombrado Family Planning Associates (FPA) y la clínica de Allred estaba haciendo abortos en situaciones legalizadas en California antes de que Roe v. Wade lo legalizara nacionalmente (1973). Inventó la técnica de «la línea de ensamblaje para abortos» que usaban en la cadena de clínicas FPA48, y él mismo proclamó en 1980 que había «abortado personalmente un cuarto de un millón de fetos en los doce años anteriores»49.

En una entrevista con Anthony Perry, publicada en la San Diego Union-Tribune el 12 de octubre de 1980 titulada «Doctor’s Abortion Business is Lucrative» (págs. A-3 y A-14), Allred dice: «El control de la población es demasiado importante como para ser interrumpido por unos tipos de la derecha que son pro vida… por ejemplo, mire el nuevo influjo de inmigrantes hispanos. Su falta de respeto por la democracia y el orden social es espantosa. Espero que yo pueda hacer algo para detener la marea. Yo establecería una clínica gratis en México si fuera posible. Tal vez una en Calexico sería útil. La supervivencia de nuestra sociedad podría estar en juego»50.

En 2005, Allred vendió Family Planning Associates a un dentista adventista llamado Irving (Bud) Feldkamp III. En 2010, la Universidad de La Sierra fundó el Edward C. Allred Center for Financial Literacy and Entrepreneurship en honor a él. Es interesante saber que este centro nuevo fue fundado con una donación del doctor Allred, y la Universidad de La Sierra no tuvo ningún problema en establecer su centro empresarial con dinero ganado, por lo menos en parte, con las vidas de bebés no nacidos.

  • Irving (Bud) Feldkamp III, DDS, un adventista, compró Family Planning Associates, la cadena privada de servicios de abortos más grande del país de Edward Allred, MD, en 2005. Aunque él no era abortista, sus 17 clínicas en California hicieron más abortos en California que cualquier otra clínica de abortos, incluso Planned Parenthood51, y hacen abortos hasta «las 14 semanas, o poco más»52. El hijo de Feldkamp, Irving IV, es médico y trabaja para Family Planning Associates.

Trágicamente, dos de las hijas de Feldkamp, con sus esposos y cinco hijos, murieron en un accidente de avión el 24 de marzo de 2009. Ellos, con otra familia, estaban viajando para unas vacaciones de esquí cuando su avión privado, conducido por un piloto experimentado, cayó en un cementerio católico en Montana, irónicamente a sólo unos metros de «la Tumba de los no nacidos» un monumento a los bebés que han muerto por abortos.

Conclusión

La historia y la práctica ocultadas de abortos en la organización adventista es el fruto de una religión que cree en y enseña un punto de vista falso de la humanidad, por un lado, mientras que, por el otro lado, ofrece atención médica a algunos de los miembros de la sociedad más vulnerables: las mujeres con embarazos no deseados. Dado que los adventistas creen que los fetos humanos son formas de vida no viables hasta que puedan sobrevivir fuera del útero, muchos médicos adventistas ofrecen abortos a sus pacientes como manera «compasiva» para resolver sus dilemas. Otros médicos adventistas, apaciguados por la idea de que los fetos no son realmente personas, aprovechan el problema perpetuo de embarazos no deseados para ganar el dinero que las mujeres desesperadas están dispuestas a pagar.

Al mismo tiempo, los hospitales adventistas permiten que sus médicos hagan abortos en sus salas quirúrgicas; a menudo, estos abortos son a demanda aunque puedan denominarse otra cosa, en vez de «aborto», o pueden ocultar el aborto en los archivos inobtenibles de la oficina de cirugía de consulta externa. Las Interruption of Pregnancy Guidelines de 1971 han abierto el camino para que los hospitales adventistas establezcan sus propias políticas para abortos, y la mayoría de laicos adventistas no saben de la existencia de estas directrices.

El alcance y la magnitud de los abortos hechos por adventistas es difícil de calcular, pero lo que sabemos enfatiza una realidad profunda: los adventistas necesitan conocer el verdadero evangelio de Jesús. Sin una comprensión de la verdadera naturaleza del ser humano según lo que la Biblia enseña, la realidad de la identidad, encarnación, muerte y resurrección del Señor Jesús pierden su poder.

Cada vida es conocida por Dios mientras se forma en la matriz de la madre. El Señor Jesús vino a la tierra como feto, en el cuerpo de una madre no casada. Él y Su madre eran preciosos para el Padre, aun cuando la gente murmuraba a sus espaldas; y Dios enseñó a José a confiar en Él y a aceptar a María como esposa cuando estaba embarazada. Dios proveyó a José para proteger al Jesús todavía no nacido, porque José cuidaba de María para que su Salvador pudiera nacer.

Ninguna vida está escondida de Dios; ningún dolor de una madre que sufre, ninguna pérdida de un bebé no nacido, ningún remordimiento de un padre no casado está fuera del cuidado del Padre. El Señor Jesús vino para redimir el dolor; Él sabía lo que significaba que la gente pensara que era «ilegítimo». Conocía la pobreza y el sufrimiento y soportó todos los dolores, todo lo malo y todos los pecados cometidos contra cada uno de nosotros, y por sus heridas somos sanados (Is 53:5). Es más, ningún pecado que hemos cometido, incluso el recibir, aprobar o practicar un aborto es imposible de perdonar. El Señor Jesús limpia cada mancha de culpa y vergüenza cuando nos arrepentimos y creemos que Él derramó Su sangre y quebrantó la maldición de la muerte para reconciliarnos con Dios y transferirnos de la muerte a la vida (Jn 5:24; Col 1:13; Ef 2:1-10).

Me he apartado completamente de mi creencia temprana sobre los no nacidos. Desde mis días más tempranos de creer que un feto es un potencial no viable, he llegado a comprender que cada vida pequeña es una persona conocida y planeada por Dios. El aborto es indefendible porque entiendo que cada nueva concepción es una vida con su propio espíritu, una identidad única, y Dios nos conocía aún antes de nuestra primera respiración.

Mis huesos no te fueron desconocidos cuando en lo más recóndito era yo formado cuando en lo más profundo de la tierra era yo entretejido. Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación: todo estaba ya escrito en tu libro; todos mis días se estaban diseñando, aunque no existía uno solo de ellos (Sal 139:15-16).

 

Notas finales

 

  1. Conversación con George Gainer, 1 de julio de 2014.
  2. Gainer, George B., http://religiousliberty.tv/the-wisdom-of-solomon-the-seventh-day-adventist-general-conference-abortion-decision-1970-1971.html, introducción.
  3. http://www.pbs.org/wgbh/americanexperience/features/general-article/babies-ovum-humanum-1960/
  4. Gainer, pág. 4.
  5. Ibid., pág. 10.
  6. Ibid.,pág. 12.
  7. Ibid., pág. 12, conversación entre George Gainer y Marvin C. Midkiff, el 22 de octubre de 1986.
  8. Religious News Service, March 17, 1970, pp. 16-17. Citado en Gainer, p. 12.
  9. Gainer, pág. 13.
  10. Ibid., pág. 14.
  11. Abortion Problems Committee, actas del 25 de septiembre de 1970, citado en Gainer, pág. 16.
  12. R. H. Pierson, GC president, a R. DeHay, MD, jefe de personal, el 5 de enero de 1971, citado en Gainer, pág. 18.
  13. Provonsha, Jack, MD, «An Adventist Position Regarding the Abortion Problem», págs. 10-11.
  14. Gainer, pág. 21.
  15. Ibid., pág. 21.
  16. Ibid., pág. 21-22.
  17. Bradford, C.E., el 10 de agosto de 1971; citado en Gainer, p. 24.
  18. Ibid.
  19. Gainer, pág. 40.
  20. Conversación con Marvin Midkiff, el 22 de octubre de 1986, citado en Gainer, pág. 24.
  21. Bietz, R.R., GC vicepresidente, en una carta a W.J. Blacker, presidente, Pacific Union Conference, el 8 de julio de 1970, citado en Gainer, pág. 24.
  22. Gainer, pág. 24.
  23. Osborne, R.E., a W. R. Beach, el 2 de marzo de 1971, citado en Gainer, pág. 26.
  24. W.R. Beach a R.E. Osborn, el 8 de marzo de 1971, citado en Gainer, pág. 26.
  25. Citado en Gainer, pág. 27.
  26. Adventist Review, February 13, 1986, pág. 15 [183], Citado en Gainer, pág. 29.
  27. Ibid.
  28. Ardyce Sweema Adventist Review, Feb. 21, 1986, y Mar. 13, 1986. George and Leanne Gainer, Adventist Review, May 15, 1986. Véase Gainer, pág. 30.
  29. Gainer, pág. 30.
  30. http://www.adventist.org/information/official-statements/guidelines/article/go/0/abortion/6/.
  31. American Hospital Association Guide to the Health Care Field, 1986, citado en Gainer, pág. 31.
  32. Gainer, pág. 31.
  33. http://adventlife.wordpress.com/2012/03/21/investigation-into-our-adventist-involvement-with-the-abortion-industry-by-nic-samojluk/.
  34. http://www.ministrymagazine.org/archive/1991/August/abortion-history-of-adventist-guidelines publicado en http://adventlife.wordpress.com/2012/03/21/investigation-into-our-adventist-involvement-with-the-abortion-industry-by-nic-samojluk/
  35. http://forums.catholic.com/showthread.php?t=155025&highlight=Seventh+Day+Adventist+Church+Abortion&page=10
  36. http://forums.catholic.com/showthread.php?t=155025&highlight=Seventh+Day+Adventist+Church+Abortion&page=15
  37. http://adventlife.wordpress.com/2012/03/21/investigation-into-our-adventist-involvement-with-the-abortion-industry-by-nic-samojluk/
  38. http://clubadventist.com/forum/ubbthreads.php/topics/445740/Is_Ted_Wilson_Misinformed_Abou.html. Confirmado por mensaje privado el 24 de julio de 2014.
  39. Waddell, R.F., Ministry, «Abortion Is Not the Answer», March, 1971, p. 9 [109], Citado en Gainer, pág. 25.
  40. Seventh-day Adventists Believe, 2005 edition, pp. 94-95, también citado de «Soul», SDA Bible Dictionary, rev. ed., pág. 1061.
  41. Fredericks, Richard, «A Biblical Response to Abortion Part 1: Less Than Human?», Proclamation!, January/February, 2003, pág. 10. http://www.lifeassuranceministries.org/Proclamation2003_JanFeb.pdf
  42. http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2011/01/06/AR2011010605951.html
  43. http://religiousliberty.tv/unsurpassable-worth-tony-brandons-sermon-abortion-adventist-hospitals-transcribed.html
  44. http://www.nadadventist.org/article/1073742776/news/current-newspoints/june-30-2014-adventist-church-encouraged-by-court-s-hobby-lobby-decision
  45. http://www.arhp.org/about-us/board-of-directors/betty-and-louise
  46. Ibid.
  47. Ibid.
  48. http://abortiondocs.org/clinic/abortionist/1045/
  49. http://advindicate.com/articles/2560
  50. http://www.pop.org/content/too-many-brown-people-california-1791
  51. http://www.christiannewswire.com/news/646579835.html
  52. http://www.fpawomenshealth.com/family-planning/abortion/surgical-abortion-14-weeks/
  53. http://www.christiannewswire.com/news/646579835.html

 

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Colleen Tinker y su esposo Richard son co líderes de Former Adventist Fellowship en la iglesia Trinity en Redlands, California. Colleen es redactora de la revista ¡Proclamación! y Richard es presidente de Life Assurance Ministries. Tienen dos hijos y están esperando el nacimiento de su tercer nieto en octubre.