Nunca conocí a mi padre. Lo conocí brevemente, sólo una vez. Una serie de derrames cerebrales lo dejaron incapaz de iStock000000874722Largecomprender quién era este hombre de 28 años cerca de su cama. Murió poco después. Resulta que teníamos mucho en común, como una afición a la escritura y la fotografía. A menudo, me da nostalgia cuando fantaseo sobre lo que hubiera podido ser pero nunca fue.

El padre adoptivo que me crió era capaz de amor y calidez a veces, pero también era igualmente capaz del mal, la depravación y la violencia severos. Es mejor no pensar demasiado en una historia tan sórdida por temor de escribir hasta llegar al precipicio que desciende hasta una depresión más oscura. Es suficiente decir que ni yo ni mis hermanos tuvimos una niñez feliz. Para mis hermanas, fue una pesadilla especialmente infernal.

Ahora… llegamos a mi historia. Siempre he sentido como si estuviera dando traspiés ciegamente en la responsabilidad de ser padre. De alguna manera, terminé con dos hijas maravillosas. Una de ellas ha vivido fuera de la casa por un año y, la otra, va a irse en tres años. Aunque un padre nunca cesa de ser padre, hasta cierto punto, la mayoría de su trabajo como padre o madre queda cumplido. Mi esposa y yo estamos acercándonos a este punto, pero ya hemos entrado en la fase en que ya no nos estamos en un pedestal a los ojos de nuestras hijas. Estoy seguro de que mis hijas ven muy claramente el individuo imperfecto que soy. Me pregunto qué resentimientos tienen o tendrán con el tiempo. ¿Cómo van a juzgarme como padre en el futuro? Hago un catálogo mental de mis numerosos fracasos y temo que ellas hacen lo mismo. Después de todo, ¿qué sé yo de ser un padre?

La Biblia habla de Dios como nuestro Padre. Tengo dificultad con este concepto. ¿Qué quiere decir eso? ¿Es como el padre que nunca conocí, el padre que cometía atrocidades familiares, o el padre imperfecto que soy yo? Sospecho que aquellos de nosotros que no tuvimos buenas vidas como niños tenemos más problemas al relacionarnos con Dios como Padre, del mismo modo que luchamos para aprender a ser buenos padres. Los padres debemos reflejar ciertos atributos de nuestro Padre celestial a nuestros hijos y ellos, a su vez, deben reflejarlos a la próxima generación. Pero ¿qué pasa cuando hay una disfunción significativa? ¿Cómo puede uno establecer una percepción correcta de Dios como Padre si no tiene un punto de referencia apropiado?

No tengo todas las respuestas, pero estoy aprendiendo poco a poco. Empiezo a ver al Padre superior que está revelado en la Biblia. Estoy aprendiendo que el amor del padre no tiene condiciones. Estoy comprendiendo que la disciplina de un padre está motivada por un gran amor y está llena de gracia. Un padre está presente y es confiable. Un padre es fidedigno. Un padre es un protector y proveedor. Un padre se sacrifica a sí mismo. Un padre es digno de imitación.

Aunque no he tenido un padre aquí en la tierra como mi ejemplo, no tengo excusa para pasar esta disfunción a la próxima generación. Tengo como ejemplo un Padre celestial.

Aunque no he tenido un padre aquí en la tierra como mi ejemplo, no tengo excusa para pasar esta disfunción a la próxima generación. Tengo como ejemplo un Padre celestial. Mi padre celestial es el Padre que quiero imitar y, al fin y al cabo, es todo el Padre que necesito. No obstante, mi pasado, la vida con Jesús, es una vida nueva. Mi niñez y mi vida familiar pasada no tienen que gobernar quién soy actualmente ni definir quién soy como padre. En Jesucristo, soy una nueva creación, he sido adoptado por un Padre auténtico y he empezado de cero. Ahora es tiempo de comenzar a vivir la Vida Después.


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Chris Lee vive en Lincoln, Nebraska, con su esposa, Carmen, y sus hijas, Ashlyn y Alyssa. Van a la iglesia Lincoln Berean. Chris se describe como «adicto a la teología», cuya misión es proclamar la gracia incomprensible de Jesús de manera clara, comprensible y bíblica. Chris es redactor del blog ¡Proclamación! en ProclamationMagazine.com. Pueden comunicarse con Chris por correo electrónico a ambulater@gmail.com.