Finger Pointing

La acusación me dolió el corazón. No era cierto. Sabía cuáles eran mis intenciones. También sabía lo que había dicho. ¿Cómo es posible que todo se tergiverse tanto? ¿Cómo podía yo cambiar la mentalidad de los que me habían acusado falsamente o de los que habían oído la acusación? Me dolió profundamente, porque se había ocultado la verdad.

La Biblia dice que la verdad de Jesucristo nos librará (Jn 8:32). En el contexto de este pasaje, Jesús dice a los fariseos que morirán en sus pecados si no creen en Él. No quisieron creer que Jesús era plenamente Dios y podía librarlos. Los fariseos replicaron: «Nosotros somos descendientes de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo puedes decir que seremos liberados?» (Jn 8:33). En ese momento, los judíos mintieron. Sus antepasados habían vivido muchísimos años en esclavitud en Egipto. No querían reconocer la verdad.

A menudo me caracterizan como «lastimada» por el adventismo y se dice que por eso me separé de la denominación. Algunos piensan que estoy enojada. Pero la verdad es que me separé porque las doctrinas adventistas son erróneas y no bíblicas.

Un diálogo entre Jesús y estos judíos continuó y terminó con una acusación falsa de Jesucristo. Los judíos anunciaron que Dios era su único padre, que no eran hijos ilegítimos. Pero Jesús los reprendió y les dijo que provenían del padre de mentiras, Satanás, porque no creían en Él, el que Dios había enviado. También compartió las buenas noticias de que el que cree en Jesús nunca moriría (Jn 8:51). Se enfurecieron al oír la verdad:

—¡Ahora estamos convencidos de que estás endemoniado! —exclamaron los judíos—. Abraham murió, y también los profetas, pero tú sales diciendo que si alguno guarda tu palabra, nunca morirá. ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Abraham? Él murió, y también murieron los profetas. ¿Quién te crees tú?» (Jn 8:52-53).

Luego Jesús proclamó la verdad sobre Él Mismo. Les explicó que Su Padre era el Dios en el que creían y que Abraham se regocijó al pensar que vería Su día (Jn 8:54-56). Reaccionaron con incredulidad: «Ni a los cincuenta años llegas, ¿y has visto a Abraham?».

En ese momento, Jesús habla con autoridad: «Antes de que Abraham naciera, ¡yo soy!».

En medio de las acusaciones falsas, Jesús seguía diciendo la verdad. Acusaron—al que había expulsado demonios—de estar endemoniado. Esos judíos no podían aceptar la verdad sobre su condición. No podían aceptar el hecho de que la salvación venía por medio de la creencia en Jesús solo. Creían que ya eran hijos de Dios y que Abraham era su padre porque ellos venían de la nación judía.

Del mismo modo, cuando yo era adventista del Séptimo Día, creía que pertenecía a la verdadera «iglesia remanente» que obedecía toda la Escritura, especialmente el cuarto mandamiento de adorar a Dios el séptimo día. Creía que mi membresía en «la iglesia auténtica» y el hecho de que adoraba a Dios el día bíblicamente correcto me concederían la posibilidad de salvación. Es más, creía en Ellen White como profetiza de Dios. Era como los fariseos a quienes Jesús amonestó, diciendo que su padre era Satanás. Yo estaba siguiendo al príncipe de este mundo y estaba muerta en mis transgresiones, creyendo algo que no era la verdad (Ef 2:1-3). Estoy muy agradecida a los que compartieron la verdad conmigo. Ahora soy hija de Dios y miembro de Su familia (Ef 2:19). Creo en Jesús quien era plenamente Dios y quien pagó el costo por mi pecado (1 Juan 5:11-13). Este regalo de misericordia es abrumador y quiero que otras personas lo tengan también.

Y, ¿cómo se relaciona todo esto con ser acusada falsamente? Recientemente, después de mirar mi testimonio en YouTube, algunas personas me acusaron de haber «atacado a los Adventistas del Séptimo Día». Esto me dolió profundamente. El deseo de mi corazón es que los adventistas que creen lo que yo creía antes encuentren el mensaje del evangelio. Mi intención no era «atacar» a nadie, sino declarar en amor la verdad de Jesucristo. Por eso hablo del evangelio falso y los errores en las doctrinas de la iglesia adventista. A menudo me caracterizan como «lastimada» por el adventismo y se dice que por eso me separé de la denominación. Algunos piensan que estoy enojada. Pero la verdad es que me separé porque las doctrinas adventistas son erróneas y no bíblicas. Mi deseo no es «atacar» sino decir la verdad. Deseo que los adventistas sepan la Verdad y sean salvos. Además, quiero que los cristianos nacidos de nuevo alcancen a los adventistas para compartir el evangelio o estudiar la Biblia con ellos. Deseo que los que están esclavizados en el adventismo sepan la verdad para ser libres también. Anhelo que experimenten la alegría de salvación que se encuentra en Jesucristo. La verdad lo hace a uno libre, y a los que el Señor libera son verdaderamente libres.


Carolyn Macomber estaba haciendo el doctorado en la Universidad Andrews cuando descubrió contradicciones entreCarolyn Macomber el adventismo y la Biblia. Renunció a su membresía en la iglesia adventista en 2009. Es miembro de The Chapel Evangelical Free Church en St. Joseph, Michigan, donde es líder de un grupo de compañerismo para ex adventistas. Su trabajo consiste en ayudar a familias a preparar a sus hijos para el ingreso a la escuela.