iStock000001526349Medium2Justo cuando creo que he exorcizado todo el «bagaje» teológico de mi pasado, algo se me ocurre que confirma que la renovación de mi mente no es una obra cumplida. Esto me pasa todo el tiempo. Muchas veces, tengo una creencia profundamente arraigada que pienso que es bíblica, pero al escudriñarla más, descubro que no lo es. Es entonces cuando de repente me doy cuenta de que todavía no he superado todos los errores de percepción que he adquirido en mi camino. A veces esta revelación es muy alarmante.

Últimamente, Bryan Clark, el pastor principal de la iglesia Lincoln Berean, ha estado predicando sobre el libro de Gálatas. (Sus sermones están disponibles en Internet en el sitio web: sermons.lincolnberean.org). He estado disfrutando inmensamente de la serie, pero en realidad no estaba esperando que aprendiera algo completamente nuevo. Después de todo, Gálatas es uno de mis libros bíblicos favoritos. Lo he leído docenas de veces, tengo unos comentarios sobre el libro, y he usado varias guías de estudio; ya había oído al pastor Clark enseñar Gálatas en otra ocasión. ¿Qué nueva joya podría descubrir en un sendero tan bien transitado?

Me gusta pensar que entiendo algo de la gracia de Dios. Entiendo que no hay nada que puedo hacer para ser más aceptable a Dios. Sé que soy salvo completamente aparte de lo que hago o lo que no hago. También, acepto que estoy seguro porque se trata de la pura gracia del comienzo al fin. Sin embargo, creo que nunca se me ha ocurrido exactamente cuán escandalosa es la gracia. La naturaleza «escandalosa» de la gracia es un tema que Clark ha enfatizado a través de su exposición de Gálatas y también en su serie que precede inmediatamente antes de este estudio sobre el libro de Romanos. Tal vez el haber oído la enseñanza de estos dos libros juntos, me ha ayudado a ver por primera vez un punto ciego en mi comprensión de la gracia.

Aquí lo tiene: cometo errores, con frecuencia. Diariamente, hago toda clase de malas elecciones y decisiones. Sé que mis acciones son ofensivas a Dios. A veces, aún sé lo que estoy haciendo, pero cometo el pecado de todos modos. Odio esta realidad de mi vida. Paso mucho tiempo reprendiéndome por mis pecados. Mis fracasos me hacen miserable y me deprimen. No puedo entender cómo puedo desear tanto ser piadoso y continuar pecando de manera tan horripilante. Me siento despreciado y me pregunto cuál es mi problema. Es en estas ocasiones cuando me distancio más de Dios. Ciertamente, oro para pedir Su perdón, a veces con desesperación, pero siempre he tenido la idea de que debía hacer una penitencia. Debía pasar por un tiempo de sufrimiento solitario para demostrar mi angustia. Según Clark, entro en «el salón oscuro» y me quedo allí hasta que piense que de algún modo he expiado mi pecado.

¡En mi peor día, soy invitado al salón iluminado para bailar con Jesús! Ésta es la gracia escandalosa.

La retirada al salón oscuro no es consecuente con el mensaje de la gracia. Sí, debo experimentar un pesar genuino por mi pecado y, sí, debo confesar mi pecado. Sin embargo, nunca debo olvidarme de que en mi peor día, puedo presentarme perfectamente justificado ante Dios porque estoy en Cristo. En mi peor día, en vez de retirarme al salón oscuro, debo correr hasta la luz, a los brazos de Jesús. ¡En mi peor día, soy invitado al salón iluminado para bailar con Jesús! Ésta es la gracia escandalosa. En términos humanos, el reconstruir una relación después de una traición requiere tiempo y esfuerzo para rescatarla, si es posible. La gracia es contraria a todo lo que conocemos. La gracia significa que soy amado de la misma manera aun cuando no soy fiel. La aceptación de Dios no depende de mis acciones; lo importante es quién soy en Jesucristo. La relación que tengo con Dios es una perfecta obra cumplida en Jesús. Quiere decir que cuando cometo un pecado, el salón oscuro no es la respuesta; bailar aún más cerca de Jesús es la respuesta. Escandalosa.


ChrisLeeweb

Chris Lee vive en Lincoln, Nebraska, con su esposa, Carmen, y sus hijas, Ashlyn y Alyssa. Van a la iglesia Lincoln Berean. Chris se describe como «adicto a la teología», cuya misión es proclamar la gracia incomprensible de Jesús de manera clara, comprensible y bíblica. Chris es redactor del blog ¡Proclamación! en ProclamationMagazine.com. Pueden comunicarse con Chris por correo electrónico a ambulater@gmail.com