Dios no tiene un plan alternativo, o sea, «un Plan B»

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El plan alternativo (El Plan B) es lo que uno formula cuando sus planes mejor trazados salen mal. Supongo que siempre he pensado en el día de la Navidad como el plan alternativo de Dios. Tal vez esto se debe a las historias ambiguas que escuchaba de niño en las que se describían el resultado de la caída de Adán y Eva. En estos cuentos, el Hijo le ruega al Padre que le permitiera ir al mundo para salvar a la humanidad; el Padre solo aceptó el plan con reticencia.

Ya no estoy convencido de que la idea de la encarnación como un plan alternativo de último recurso reconoce apropiadamente la soberanía, la omnisciencia, la omnipotencia o la naturaleza eternamente intemporal de Dios. Recientemente, nuestra iglesia ha tenido un estudio del libro de Efesios. En el proceso hemos tocado material paralelo en Colosenses también. El espacio disponible aquí no permite una discusión detallada, pero sugiero que lea por lo menos el primer capítulo de Colosenses y los primeros tres capítulos de Efesios. En estos capítulos, la encarnación suena mucho como el Plan principal de Dios desde la eternidad.

En referencia al Hijo, sabemos que «todo ha sido creado por medio de él y para él» [énfasis mío] (Col 1:16). También leemos que el propósito de Dios siempre ha sido «reunir en él [Jesucristo] todas las cosas, tanto las del cielo como las de la tierra…» (Ef 1:10). Asombrosamente, estamos incluidos en el propósito de Dios: «Dios nos escogió en él antes de la creación del mundo,…nos predestinó para ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, según el buen propósito de su voluntad…» (Ef 1:4-5).

Nada sorprende a Dios. Nada pasó fuera de Su voluntad permisiva. Jamás. Dios sabe todo de antemano perfectamente, y todavía creó este mundo. ¿Por qué Dios permitió todo lo que ha pasado en este mundo? No puedo dar una respuesta definitiva como tampoco puedo comprender plenamente las maneras de Dios, pero sí creo que unos de los pasajes citados aquí nos dan una idea del misterio de Su voluntad eterna.

¿Qué si la encarnación siempre fue el Plan, si el propósito eterno de Dios siempre fue unirse a Su creación mediante la persona de Jesús? ¿Qué si la encarnación no es simplemente un intento desesperado de rescatar una obra fracasada, sino el Plan eterno de Dios para el Hijo y para la adopción de muchos herederos por medio de Jesús? ¿Qué si la Navidad siempre ha sido el Plan principal?

En mi vida pasada, sabía todas las respuestas. Cada historia bíblica tenía una copiosa cantidad de «relleno inspirado». En la vida después del adventismo, confieso que no sé mucho. Leo, oro, medito, y gozo del beneficio de los consejos piadosos de los que tienen más experiencia en la fe. Ya no pienso que tengo todas las respuestas.

Sé que mi opinión de Dios ha cambiado de forma significativa. Ahora pienso en Dios como verdaderamente soberano sobre todo. Ahora veo a Jesús como sumamente exaltado, el centro y el enfoque de todo. A su vez, mi opinión de la Navidad ha empezado a cambiar. Muchas veces decimos «Jesus is the reason for the season» [Jesús es la razón de ser de esta época], pero inmediatamente cambiamos de tema para hablar de cómo Él nos beneficia.

¿Y qué si la persona de Jesús, Jesús Mismo, el hombre divino encarnado, realmente es la razón de toda la creación? ¿Qué pasa si no se trata de mí, sino de Él y Su encarnación? Para mí, tales ideas solo sirven para magnificar la maravilla del hecho de que Él me incluyó a mí. No tenía que hacer nada de eso. No tenía que crear el mundo. Ciertamente no tenía que venir al mundo y no tenía que encarnarse con la naturaleza humana. Por cualquier razón, Dios, desde toda eternidad, escogió al Hijo para que se vistiera de una naturaleza humana, por siempre, y mediante este acto me hizo hijo y co-heredero. Cuando pienso en el Plan principal, ¡la Navidad es simple y llanamente asombrosa!


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Chris Lee vive en Lincoln, Nebraska, con su esposa, Carmen, y sus hijas, Ashlyn y Alyssa. Van a la iglesia Lincoln Berean. Chris se describe como «adicto a la teología», cuya misión es proclamar la gracia incomprensible de Jesús de manera clara, comprensible y bíblica. Chris es redactor del blog ¡Proclamación! en ProclamationMagazine.com. Pueden comunicarse con Chris por correo electrónico a ambulater@gmail.com.