«Los regalos imposibles de envolver son mis favoritos», dice una mujer mayor que cariñosamente me llama su hija adoptada.iStock000000712568LargeStraight Estábamos sentadas en un restaurante compartiendo un café y un desayuno juntas, y quería que me explicara la frase que acababa de pronunciar.

«Los regalos imposibles de envolver son las cosas que no puedes envolver o comprar; pueden ser experiencias compartidas, una palabra de aliento, o una ayuda a alguien. He llegado a la edad de ver que las cosas se quiebran y con tiempo las echan a la basura, pero los regalos imposibles de envolver nunca se quiebran y nunca se tiran». ¡Qué ideas tan profundas expresó con estas palabras sencillas! Lo que no sabía era que ella misma me acababa de dar un regalo imposible de envolver. Estaba dejando un legado, esta mujer que había criado a sus propios hijos estaba invirtiendo su tiempo en mí esa mañana.

¿Qué regalo imposible de envolver regalará usted durante esta temporada de la Navidad? ¿Qué legado dejará como un regalo que nunca se puede quebrar o tirar?

Algunos regalos imposibles de envolver

Últimamente, he recibido algunos regalos que no se puede envolver. Un rechazo relacionado con mi trabajo me había dejado muy sola y vulnerable. Describí la situación a una amiga querida. Ella me animó personalmente, y también en el Señor. «Eres muy amada, y la dirección de Dios de tu vida… no es un accidente. Dios te está sanando… No estás fatalmente lastimada. No estás avergonzada. Eres la hija amada de Dios, y co-heredera con Jesús». Estas palabras eran un regalo imposible de envolver que me recordaron a Quién pertenezco y de Quién soy hija.

Otro regalo también me dio aliento recientemente. Tuve una conversación con alguien en una conferencia. Me vio varios días después, y me dijo: «Le dije a mi jefe que la mejor parte de mi presentación fue que había hecho una nueva amiga». Se refería a mí. Eran palabras sencillas, pero me sentí valorada y apreciada.

Una de mis ex alumnas me vio en la iglesia recientemente. Una mujer de Dios maravillosa está discipulándola. Con la voz llena de emoción, la muchacha me contó que había recibido a Jesucristo en un campamento para jóvenes en octubre. «Ahora soy diferente», me dijo, enseñándome su Biblia. Me dijo que pensaba que debía comprar una Biblia nueva, pero no quería tirar la Biblia que tenía, la que estaba gastada, ensuciada y marcada con sus notas. Mientras me hablaba de su aprecio por su Biblia, no se dio cuenta de que estaba dándome un regalo «imposible de envolver». Yo le había regalado esa Biblia. De hecho, cuando regalé a mis alumnos Biblias individualmente seleccionadas, me pregunté si las leerían. Ahora, esta muchacha llevaba esa Biblia bien usada que le había regalado, y estaba compartiendo su nueva alegría en Jesucristo. Sabiendo que había recibido a Jesucristo como su Salvador, y viendo esa Biblia bien usada en sus manos me hizo llorar.

El mejor regalo

El mejor regalo imposible de envolver que jamás haya recibido vino en la forma de un bebé envuelto en harapos hace casi 2.000 años atrás. El niño nació en pobreza y Su vida estaba llena de rechazo, pero Él me cambió para siempre. Se sometió a una muerte horripilante que compró mi vida. Él es el mejor regalo imposible de envolver que he recibido en toda mi vida.

«Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna» (Jn 3:16).

Yo también puedo decir con mi alumna: «Soy diferente», a causa de la vida, la muerte y la resurrección de Jesús. Jesús es el mejor regalo imposible de envolver de todos. Nunca va a quebrarse ni ser tirado. Nunca me dejará ni me abandonará. Me ha dado vida mediante Su muerte.

¿Usted ha recibido este regalo maravilloso imposible de envolver?


Carolyn Macomber

Carolyn Macomber estaba estudiando para el doctorado en la Universidad Andrews cuando descubrió contradicciones entre el adventismo y la Biblia. Renunció a su membresía en la iglesia adventista en 2009. Es miembro de The Chapel Evangelical Free Church en St. Joseph, Michigan, donde es líder de un grupo de compañerismo para ex-adventistas. Su trabajo consiste en ayudar a las familias a preparar a sus hijos para el ingreso a la escuela.