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Siempre he sido un búho nocturno. Las mañanas vienen con una confusión borrosa; al ducharme empiezo a recordar pequeñas detalles, como mi nombre, edad y estado civil; más o menos éste es mi nivel cognoscitivo hasta que beba varias tazas de café. Aun así, no llego a mi funcionamiento total hasta las diez de la mañana.

Ah, pero en la noche me siento avivado; es cuando tengo los pensamientos más profundos, cuando estudio y escribo muy bien. Entonces, es natural que yo empiece a hacer la mayoría de mis estudios y lectura bíblica en la noche.

Era tarde. Mis hijas estaban dormidas, y había terminado mi trabajo y mi cena. Mi esposa se había ido a mirar un programa favorito de televisión. Pasé un rato estudiando un libro de la Biblia, y luego agarré un librito de un autor cristiano du jour. Era la secuela de otro librito sumamente exitoso que se enfocaba en la oración. En el primer librito, el autor había promocionado una formula muy específica para la oración eficaz. Su próximo libro era igualmente prescriptivo, además de limitado en su enfoque. El segundo librito se enfocaba en «dar fruto».

Entonces se me ocurrió una idea: «¡Este conflicto no es más que otro caso del legalismo que induce un sentido de culpabilidad!».

Según mi memoria, el tema del libro era que se da fruto cuando uno permanece en Jesucristo, y esto se realiza por medio de las disciplinas espirituales. El autor dedicó mucho tiempo hablando de la manera apropiada de implementar estas disciplinas. En un punto, el autor escribió en esencia, «No he oído de ningún gran hombre de Dios que no hacía sus devociones en la mañana». Esta declaración me llamó la atención. Después de todo, tenía un deseo profundo de crecer como hombre de Dios. Habiendo partido del adventismo recientemente, tenía hambre por cualquier consejo que me ayudara a aprender, crecer y desarrollarme en mi camino con Jesús. Estaba decidido a clavar una estaca en el corazón de mi búho interno y los ritmos nocturnos.

Empecé a poner el despertador para levantarme temprano y me arrastré de la cama para hacer mis devociones. Era un desastre. Después de varios meses de perseverancia, me sentaba encorvado ante la Biblia, a veces con el café goteando sobre las páginas mientras sostenía la taza en mis manos. Leía y releía el mismo trozo repetidas veces sin entender o recordar. Empecé a ser reacio al estudio bíblico. Estaba enojado conmigo mismo. Me sentía culpable y desesperado. Nunca llegaría a ser un gran hombre de Dios.

Una noche, cuando mi cabeza estaba más clara, me di cuenta de que, aunque hay una historia de Jesús despertándose temprano en la mañana para orar (Mr 1:34), la Biblia tiene por lo menos dos ejemplos de Jesús orando en la noche, aún en la noche muy tarde. Si las mañanas fueran mágicas para estudiar, ¿la Biblia no lo haría claro? Si hacer las devociones por la noche es inapropiado, entonces, ¿dio Jesús un mal ejemplo? Hablando bíblicamente, tal vez no haya cierta hora fija para adorar a Dios. Entonces se me ocurrió una idea: «¡Este conflicto no es más que otro caso del legalismo que induce un sentido de culpabilidad!».

La Ley del Antiguo Pacto estaba llena de requisitos para la adoración, pero Gálatas 3:19-29 dice claramente que la Ley sólo era un pedagogo diseñado para mostrarnos el pecado, condenarnos, y llevarnos a Jesucristo. Esta sección continúa declarando que ya que el Mesías ha venido, ya no necesitamos un tutor. Hemos llegado a ser hijos y herederos de Dios. ¡La Navidad cambió todo! Jesús vino para hacer algo que la Ley no podía, es decir, restaurar la relación. Ahora la adoración de Dios no consta de varias prescripciones, sino de una relación de amor que no se puede negar ni contener. Es como la diferencia que existe entre hacer cosas con su esposa porque así lo recetó su consejero matrimonial versus pasar tiempo con su esposa porque no pueden soportar la separación. La relación cambia todo.

En Gálatas 4, Pablo nos recuerda que no podemos tener una relación con dos esposas. Del mismo modo, no podemos estar bajo dos pactos. Entonces, ¿Qué va a escoger usted, la Ley o la gracia, el legalismo o una relación? Qué en esta temporada de la Navidad recordemos que Jesús vino para establecer un Nuevo Pacto que restaura las relaciones.


Chris Lee

Chris Lee vive en Lincoln, Nebraska, con su esposa, Carmen, y sus hijas, Ashlyn y Alyssa. Van a la iglesia Lincoln Berean. Chris se describe como «adicto a la teología», cuya misión es proclamar la gracia incomprensible de Jesús de manera clara, comprensible y bíblica. Chris es redactor del blog ¡Proclamación! en ProclamationMagazine.com. Pueden comunicarse con Chris por correo electrónico al ambulater@gmail.com