iStock000000697477MediumRecientemente, mi esposa y yo ayudamos a nuestra hija de 17 años a mudarse de nuestra casa. Fue una experiencia agridulce. Fue una experiencia amarga porque hemos tenido que aceptar el hecho de que nuestra niña ya no es tan pequeña. En unas semanas, va a cumplir los 18 años, una adulta con derechos plenos en la mayoría de estados. Está lista, pero todavía es difícil ver a la hija de uno dejar el nido. Sin embargo, sería una experiencia amarga, si solamente estuviera saliendo debido al odio hacia nuestro hogar, odio hacia su familia, y simplemente un deseo de ir a otro lugar, a cualquier otra parte. Pero esta no es la realidad. Fue dulce ayudarla a mudarse porque sabíamos que estaba yendo para algo maravilloso. Recibió el regalo de una beca completa para la universidad en un programa en el que deseaba mucho inscribirse. Se fue para algo muy bien; para perseguir una gran oportunidad y un futuro prometedor.

Así que, ¿qué tiene eso que ver con la vida después del adventismo? Pues, a menudo me acusan de ser amargo. Puede ser una crítica válida si simplemente hubiera dejado la iglesia adventista por no querer a los adventistas, o por un disgusto de la cultura adventista, pero ésta no es la verdad. Me separé a causa de algo maravilloso. Salí porque había recibido el regalo gratuito de una nueva vida en Jesucristo. Mi partida fue agridulce. Quiero a la gente adventista y me sentía cómodo en esa cultura; sin embargo, partí hacia algo bueno. Es muy dulce conocer y caminar con Jesús. Creo que esta realidad queda de manifiesto en las historias de fe en esta edición.

Actualmente, dar testimonio de mi fe significa compartir la alegría que he encontrado en Jesús y el reposo que he descubierto en Él. Es una oportunidad de relatar por qué estoy seguro en mi salvación.

El término «historias de fe» significaba algo muy distinto como adventista. En esa época, dar testimonio de mi «fe» quería decir que hablaba con otras personas sobre las creencias adventistas, especialmente el šabbat. Contar mi historia consistía en contar mi historia adventista: por qué era adventista, cuánto tiempo había sido adventista, cuántas generaciones tenía mi familia en la iglesia adventista, a cuáles escuelas adventistas había ido, etcétera.

Actualmente, dar testimonio de mi fe significa compartir la alegría que he encontrado en Jesús y el reposo que he descubierto en Él. Es una oportunidad de relatar por qué estoy seguro en mi salvación. Ahora, mi historia consiste en lo que pasó cuando Jesús me llevó de la oscuridad a la luz; cuando tomó mi espíritu muerto y me dio vida espiritual. Se trata de una vida cambiada; una vida antes imbuida en el legalismo, el temor, la duda y la vergüenza, ahora transformada en una vida de paz y contentamiento. Es una historia de la renovación de la mente que me ayuda a crecer cada vez más cerca en mi pensamiento a la mente de Jesucristo.

Pero admitámoslo, en realidad mi vieja «historia de fe» no era nada atractiva. Estaba muerto, sin vida, y sin esperanza. La verdadera historia de fe que Jesús me ha dado hoy en día es las Buenas Noticias aplicadas a una vida.

Mi historia se trata de cómo yo recibí salvación dada por el Soberano mediante la gracia sola y por la fe sola, en Jesucristo solo; es una historia de pasar de la muerte a la vida. He recibido algo maravilloso y completamente no merecido, sin acción o mérito de mi parte. Ahora bien, es algo muy atractivo sobre lo que uno se puede entusiasmar mucho. Quiero narrar mi historia a cada persona que quiera escucharme.

Entonces, si usted siempre ha supuesto que los ex adventistas son personas amargas, deténgase un momento y escuche realmente lo que están diciendo. Creo que va a ver que en la mayoría de los casos, son personas con historias increíblemente dulces. Simplemente están asombrados de vivir la vida en relación íntima con Jesucristo. Están experimentando la alegría de la vida después.


Chris LeeChris Lee vive en Lincoln, Nebraska, con su esposa, Carmen, y sus hijas, Ashlyn y Alyssa. Van a la iglesia Lincoln Berean. Chris se describe como «adicto a la teología», cuya misión es proclamar la gracia incomprensible de Jesús de manera clara, comprensible y bíblica. Chris es redactor del blog ¡Proclamación! en ProclamationMagazine.com. Pueden comunicarse con Chris por correo electrónico al ambulater@gmail.com