En abril, los de Life Assurance Ministries fuimos a una conferencia en Denver, Colorado, patrocinada por Evangelical Ministries to New Religions (EMNR). Tanto en los talleres como en las excelentes sesiones plenarias, apreciamos su enfoque en la naturaleza de la verdad: la verdad en honor a la verdad; la verdad al establecer y evaluar cosmovisiones; la verdad al hacer comparaciones entre religiones mundiales y poner a prueba las doctrinas de las sectas. La sesión plenaria final fue presentada por el doctor Douglas Groothuis, profesor de filosofía del seminario de Denver y autor del libro publicado recientemente, Christian Apologetics-a Comprehensive Case for Biblical Faith.1 Sin duda es una obra comprensiva de algunas 752 páginas, y algo de lo que presentamos a continuación viene de lo que he aprendido de esta obra maravillosa y altamente recomendada.

La naturaleza de la verdad

  • La verdad necesita tener significado.

            [La verdad] tiene que establecer su parte en un concepto de la realidad y ser comprensible. Por ejemplo, la declaración «las ideas verdes duermen ferozmente» no es ni verdad ni falso, porque no promueve una idea clara, no tiene sentido. Esta frase puede ser gramaticalmente correcta pero, sin embargo, no tiene significado.2

 Primero, la verdad necesita tener significado. Se podría decir que los datos que son auto-autentificados son verdad. Por ejemplo, la declaración: «Hoy hace calor» tiene significado y es fácil evaluarla. (Sí, mientras escribo este artículo, hacen 116 grados Fahrenheit; un dato confirmado por Google y por el termómetro de nuestro patio trasero). Pero otras declaraciones de verdad no pueden ser evaluadas fácilmente. Por ejemplo, ¿cuál de las religiones del mundo es verdad? Los musulmanes dicen que siguen la única religión verdadera, y los cristianos dicen lo mismo. Las afirmaciones de ambos grupos tienen significado, y por eso, ambas parecen verosímiles. Pero estas declaraciones tienen significados contradictorios y, dada la naturaleza de la verdad, no es posible que ambas sean verdad. Pero hoy en día, mucha gente no estaría de acuerdo con la idea de que la verdad espiritual o religiosa debe ser comprobable racionalmente, y edifican su cosmovisión sobre un fundamento de normas subjetivas o culturales en vez de en la evidencia empírica. Por consiguiente, este dilema lleva a la segunda característica necesaria para la verdad: tiene que ser comprobable racionalmente.

  • La verdad tiene que corresponder a la realidad:


Aristóteles entendió este principio cuando escribió:

Decir, en efecto, que el Ente no es o que el no-ente es, es falso, y decir que el Ente es y que el no-ente no   es, es verdadero; de suerte que también el que dice que algo es o que no es, dirá verdad o mentira http://www.mercaba.org/Filosofia/HT/metafisica.PDF (pág. 28 en PDF, pág. 55 en doc., Traducción al español de Valentín García Yebra).3

 Para ser verdad, una declaración necesita ser objetivamente correcta. No es verdad simplemente porque uno cree que es la verdad o quiere que sea la verdad; muchas veces la creencia y los datos no son iguales. Por ejemplo, muchos dueños de casas creían que sus bienes hubieran estado seguros durante las «súper-tormentas» que asolaron a Mississippi y New Jersey el año pasado, pero su creencia no cambió la realidad. La creencia o la fe deben basarse en los datos que se pueden establecer razonablemente. La creencia en la creencia, aunque pueda tener efectos de placebo (una actitud mental positiva y optimista es saludable), puede llevar a un camino de insensatez y engaño. A veces, sí es difícil probar la verdad. Por ejemplo, puede que algunos digan que la frase: «Jesucristo regresará» no coincida con la realidad porque (ahora) no es factual. Sin embargo, es una declaración factual basada en una abundancia de evidencia histórica acreditativa que confirma las profecías bíblicas: el nacimiento de Jesús, Su ministerio honrado, su resurrección de la muerte, el derramamiento del Espíritu Santo el día de Pentecostés, y la destrucción de Jerusalén. En otras palabras, la verdad tiene que corresponder con la realidad basada en hechos que pueden ser probados racionalmente. «O Jesucristo vendrá otra vez o no» es una declaración factual. Elegir una posibilidad en vez de la otra requiere un argumento lógico basado en hechos conocidos.

  • La verdad no puede auto-contradecirse

La ley de no contradicción es la base para toda la verdad, no sólo para algunas verdades. Esta realidad parece estar bien establecida en la psiquis humana desde la infancia. La premisa entera del contrainterrogatorio de un testigo bajo juramento proviene de esta ley. De hecho, esta ley concuerda con la obra de Dios, El que no se contradice y no puede negarse,4 y a menudo expone nuestro compromiso superficial con la verdad.

            Si afirmamos que tenemos comunión con él, pero vivimos en la oscuridad, mentimos y no ponemos en práctica la verdad. Pero si vivimos en la luz, así como él está en la luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesucristo nos limpia de todo pecado. Si afirmamos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no tenemos la verdad (1 Juan 1:6-8).

La ley de la no contradicción de la verdad es una de las herramientas más útiles para evaluar las declaraciones de líderes políticos y cristianos sobre lo que es la verdad. Mientras escribo este artículo, las noticias están llenas de historias de líderes políticos que se han contradicho. Por consiguiente, sus declaraciones acerca de la verdad son socavadas y su credibilidad es disminuida.

Como cristianos, aceptamos la Sola Scriptura como el dogma fundamental de la fe cristiana; basada en este fundamento, la autoridad de la Biblia es la línea de plomada para evaluar las afirmaciones de la verdad. Jesús dijo: «La Escritura no puede ser quebrantada», y usó Deuteronomio y Daniel como fuentes autoritativas; aunque los críticos superiores opinan que esos dos libros son los libros menos históricos. Por lo tanto, cuando los líderes religiosos declaran algo que contradice las enseñanzas claras de la palabra de Dios, sabemos que están equivocados.

  • Los sistemas de verdad deben ser internamente congruentes

 Una religión o denominación debe tener un sistema de creencias internamente congruente. También conocida como la teoría de coherencia central, es decir, cuando uno cree en una cosmovisión en particular, el sistema religioso basado en la cosmovisión no debe tener partes incompatibles que discrepen con la cosmovisión. Debe tener respuestas coherentes para las cuestiones como «¿De dónde venimos?, ¿Por qué estamos aquí?, ¿Adónde vamos?, y ¿Qué tenemos que hacer (si existe algo) para mejorar nuestro destino ahora y para siempre?». Pero la teoría de la coherencia central de la verdad no es en sí un indicador de la verdad. Los musulmanes, budistas y cristianos pueden declarar que todos tienen un sistema de verdad que es internamente congruente y que pasa la prueba de coherencia. Pero estas religiones no estarían de acuerdo, lo cual demuestra que, aunque la coherencia debe ser uno de los factores de la verdad, no es el factor decisivo.

Habiendo examinado brevemente la naturaleza de la verdad, vamos a revisar algunas de las definiciones modernas de la verdad y evaluar cómo salen en comparación con los estándares de significado, la posibilidad de probar, la realidad, la no contradicción, la coherencia y la Sola Scriptura.

Muchos han optado por lo que llamamos la religión del cóctel, que brota de la teoría posmoderna de «la verdad». Pueden creer un poco de la regla de oro de la cristiandad, y un poco del yoga del budismo; pueden explicar las circunstancias de la vida por karma, adorar a la naturaleza como diosa materna, y buscar alguna experiencia mística y espiritual que funcione para ellos. Como la persona ha separado la verdad de la realidad, no hay ninguna manera de evaluar la verdad.

La teoría pragmática de la verdad

A menudo llaman la teoría pragmática de la verdad «la religión de negocios». Esta teoría dice que la verdad es lo que funciona. Por ejemplo, frecuentemente se dice que el libro Think and Grow Rich por Napoleon Hill es «la biblia» para alcanzar el éxito. Esencialmente, dice que lo que una persona puede concebir y creer, lo puede lograr. Tener un propósito, formular un plan y seguir el plan persistentemente son los ingredientes para el éxito. Miles de líderes de negocios han seguido este plan para hacerse ricos. Debemos notar que, en algunos aspectos, estos principios se acercan mucho a la verdad bíblica, pero con una diferencia enorme. Como cristianos, nuestro primer propósito es seguir la voluntad de Dios, con el plan dirigido por el Espíritu Santo, quien nos lleva a toda verdad, y debemos enfocarnos persistentemente en lo que ya somos en Jesucristo. Sin Dios, uno puede seguir la teoría pragmática de la verdad hasta el infierno. Al fin y al cabo, puede ser que lo que aparentemente funciona ahora no será la verdad conclusiva.

La teoría posmoderna de «la verdad»

La teoría posmoderna de la verdad es la religión del liberalismo, que está creciendo rápidamente en todo nuestro país como una plaga. Nuestros hijos están aprendiendo el posmodernismo desde la escuela primaria, y hasta en las universidades Ivy League. Tristemente, está infiltrando la iglesia cristiana rápidamente también. El posmodernismo es el resultado de la corrección política desenfrenada. La teoría posmoderna de «la verdad» dice que no hay un estándar objetivo de la verdad. Por consiguiente, un individuo viviendo en una comunidad es el que define «la verdad». Si la comunidad piensa que el aborto médico está bien, entonces está bien. Si la comunidad cree que el matrimonio entre dos personas del mismo sexo está bien, entonces ésta es «la verdad» para los que entran en esa relación. La teoría posmoderna ya no cree que la verdad deba corresponder a la realidad. Cuando la gente acepta esta teoría de la verdad, ellos mismos tienen la libertad de definir la verdad. Los que son bastante mayores para recordar los años 1950, por ejemplo, saben cuánto nuestra cultura ha cambiado. En esos días, era raro cerrar la casa o el coche con llave cuando salíamos, y generalmente nos deteníamos para ayudar a alguien cuyo automóvil se había descompuesto en el camino, sin temor de ser robado o demandado. La mayoría de estadounidenses mantenía una creencia en la ética judeo-cristiana. La verdad y la realidad estaban conectadas. ¡Cómo las cosas han cambiado!

La religión de cóctel

Muchos han optado por lo que llamamos la religión del cóctel, que brota de la teoría posmoderna de «la verdad». Pueden creer un poco de la regla de oro de la cristiandad, y un poco del yoga del budismo; pueden explicar las circunstancias de la vida por karma, adorar a la naturaleza como diosa materna, y buscar alguna experiencia mística y espiritual que funcione para ellos. Como la persona ha separado la verdad de la realidad, no hay ninguna manera de evaluar la verdad.

Las limitaciones de la religión posmoderna y del «cóctel» de religión

Un resultado del «cóctel» de religión o del posmodernismo es la idea de que es políticamente incorrecto juzgar o aun evaluar lo que otra persona cree. ¿Quién eres tú para juzgar mi religión? Los que dicen que no se debe juzgar la estatura moral o las creencias religiosas de alguien terminan con un dilema moral y finalmente se ven forzados a formar sus propios juicios. Normalmente, estas opiniones protegen las creencias del individuo posmoderno y niegan las de la persona que cree en el derecho de formar sus juicios a base de la verdad absoluta. Los juicios contra los que creen en la verdad absoluta y el bien y el mal revelan el error, la insensatez y el gran peligro del posmodernismo. Por ejemplo, actualmente, hay un desdén creciente, aun un odio, hacia la cristiandad en la sociedad, observado por ejemplo en varios casos en las universidades donde las clases de arte aceptan obras indecentes que demonizan a Jesucristo. La razón por esta actitud negativa hacia los cristianos es que los fieles creen en un estándar moral objetivo del bien y del mal que identifica el pecado basándose en la verdad bíblica.

Si pensamos racionalmente, podemos identificar la insensatez de «la verdad» posmoderna en relación al juicio moral. Por ejemplo, hoy en día, nuestra sociedad dice que es aceptable matar a un bebé, con tal de que no haya salido completamente del canal del parto; y el gobierno protege a la mamá y paga al médico para abortar al no nacido. Pero unos momentos después del nacimiento del bebé, matarlo es un crimen castigado con pena de muerte, y el gobierno paga a los abogados para hacer cumplir esta ley.

La cosmovisión contemporánea de «la verdad» versus la verdad de la cristiandad

Muchos de los presentadores de la conferencia reciente de EMNR dieron una ilustración sobre la cosmovisión contemporánea de la verdad que nos ayudó a entender el concepto moderno de la verdad. Era ésta: Visualice una casa de dos pisos, que representa la vida interior de una persona. La planta superior representa el lugar donde residen la religión, la espiritualidad y la experiencia subjetiva. La planta baja representa el lugar donde ocurren los hechos objetivos y la realidad física mensurable. En el posmodernismo, la planta superior de la espiritualidad está completamente desconectada de la planta baja, o sea, de la realidad objetiva. Esta desconexión permite que la gente diga cosas tales como: una persona nacida como varón (la realidad objetiva) puede sentir que no es varón (la realidad subjetiva). Por consiguiente, es posible que esta persona diga que su género es transgénero, bisexual u homosexual. Entonces la definición de sí misma está determinada por su experiencia subjetiva, de manera desconectada de la realidad física, objetiva y mensurable. Esta desconexión posmoderna entre la experiencia subjetiva y la realidad objetiva deja a la gente sin una medida objetiva de la verdad, y finalmente la gente está confundida y ansiosa. Cada persona tiene la libertad de decidir individualmente lo que es «la verdad» para él o ella, no sólo en el dominio de la identidad personal, sino también en cada área de la existencia, incluso las relaciones, la conducta y la religión.

Por otro lado, la cristiandad no separa las áreas espirituales (subjetivas) de lo objetivo y físico. Por ejemplo, los cristianos entienden que los bebés vivos nacen espiritualmente muertos y necesitan nacer espiritualmente (Efesios 2:1-10; Col 1:13). La relación entre lo espiritual y lo físico tiene consecuencias eternas. Es más, las experiencias espirituales subjetivas de un individuo se integran en las decisiones y la conducta objetivas, actuadas en el cuerpo; y la realidad objetiva y física de la persona debe informar y ser informada por su ser espiritual. También, la cristiandad misma está compuesta por la realidad espiritual, creada por el único Dios verdadero quien es espíritu (Jn 4:24); pero esta realidad espiritual no está desconectada o separada de los hechos objetivos y verificables. De hecho, la cristiandad es la única religión del mundo que está basada en hechos históricos.

            Ahora bien, si se predica que Cristo ha sido levantado de entre los muertos, ¿cómo dicen algunos de ustedes que no hay resurrección? Si no hay resurrección, entonces ni siquiera Cristo ha resucitado. Y si Cristo no ha resucitado, nuestra predicación no sirve para nada, como tampoco la fe de ustedes. Aún más, resultaríamos falsos testigos de Dios por haber testificado que Dios resucitó a Cristo, lo cual no habría sucedido, si en verdad los muertos no resucitan. Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo ha resucitado. Y si Cristo no ha resucitado, la fe de ustedes es ilusoria y todavía están en sus pecados. En este caso, también están perdidos los que murieron en Cristo. Si la esperanza que tenemos en Cristo fuera sólo para esta vida, seríamos los más desdichados de todos los mortales. Lo cierto es que Cristo ha sido levantado de entre los muertos, como primicias de los que murieron. De hecho, ya que la muerte vino por medio de un hombre, también por medio de un hombre viene la resurrección de los muertos (1Co 15:12-21).

 La cristiandad permanece o cae sobre la historicidad de la resurrección. La cristiandad es racional; está vinculada con hechos verificables. Por lo tanto, no separamos nuestras vidas espirituales de las vidas racionales porque la historicidad de la cristiandad exige que el creyente permita que sus verdades impregnen cada aspecto de su persona y su vida. Es más, puede probarse que las morales engendradas por la cristiandad son buenas. Se ha manifestado repetidas veces por investigaciones empíricas que los resultados de la asistencia a la iglesia, una vida en un hogar cristiano, el matrimonio antes de tener hijos, la integridad y la castidad representan valores que son superiores que los valores representados por la subjetividad.

La Biblia y la verdad

 El concepto de la verdad se encuentra en toda la Biblia, así como una cadena no quebrada. Cuando Moisés habló con Dios en el monte Sinaí:

Jehová pasó por delante de él y exclamó:

—¡Jehová! ¡Jehová! Dios fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira y grande en misericordia y verdad… (Éxodo 34:6; Reina Valera 1995).

Moisés confirmó que «Dios no es un simple mortal para mentir» (Números 23:19). El proverbio sabio amonesta: «Adquiere la verdad y la sabiduría, la disciplina y el discernimiento, ¡y no los vendas!» (Proverbios 23:23).

Cuando describe la experiencia de caminar con Jesús, el discípulo Juan dice:

Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros lleno de gracia y de verdad; y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre (Jn 1:14).

Jesús le dijo:

—Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí (Jn 14:6).

 La Biblia define al Espíritu Santo como «el Espíritu de verdad» (Jn 14:17). Debemos adorar al Padre en Espíritu y en verdad (Jn 4:23). El Espíritu Santo nos guiará a toda la verdad (Jn 16:13).

Hay que aprender la verdad de Dios (Hch 17:11) y defenderla (1P 3:15-17, Judas 3). Es necesario corregir a los cristianos que están viviendo en pecado (2Co 10:3-5). Cuando la verdad del evangelio es comprometido, es necesario enfrentarse abiertamente al individuo que está en error (Gá 2:5, 14).

El profeta del evangelio dice:

—Vengan, pongamos las cosas en claro —dice el Señor—. ¿Son sus pecados como escarlata? ¡Quedarán blancos como la nieve! ¿Son rojos como la púrpura? ¡Quedarán como la lana! ¿Están ustedes dispuestos a obedecer? ¡Comerán lo mejor de la tierra! ¿Se niegan y se rebelan?¡Serán devorados por la espada! El Señor mismo lo ha dicho (Isaías 1:18-20).

La búsqueda eterna de la verdad

Puesto que la verdad es racional y conocible, en este universo aparentemente eterno, hay profundidades de la verdad que no podemos comprender en su totalidad, que manifiestan las huellas del Dios Todopoderoso. Cuánto más aprendemos, más observamos un Diseñador Inteligente, y más entendemos que sólo sabemos una parte infinitesimal de la verdad que existe «por ahí».

De la misma manera, mientras seguimos estudiando las Sagradas Escrituras, guiados por el Espíritu Santo y mientras empleamos todos los poderes mentales de la razón, el lenguaje y la lógica, entendemos que solamente hemos arañado la superficie de la verdad conocible. Se ha dicho que las verdades del evangelio de Juan son una alberca en la que un niño puede nadar sin el temor de ahogarse, pero esta alberca de la verdad es tan profunda que un teólogo no puede tocar el fondo.

Se necesita disciplina para descubrir la verdad

La Biblia no enseña una actitud indiferente hacia el descubrimiento de la verdad. Aunque la revelación de la naturaleza da testimonio de la existencia de Dios,6 se nos ha instruido a aprender más sobre este Dios que creó todo. Debemos buscar a Dios y Su verdad.

Pero si desde allí buscas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, lo encontrarás (Deuteronomio 4:29).

Así que yo les digo: «Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá la puerta. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre» (Lc 11:9-10).

Esfuérzate por presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse y que interpreta rectamente la palabra de verdad (2Ti 2:15).

…deseen con ansias la leche pura de la palabra, como niños recién nacidos. Así, por medio de ella,

crecerán en su salvación,… (1P 2:2).

 El escritor de Hebreos urge a la gente a dejar las enseñanzas elementales y a proceder hacia la madurez espiritual.7 Sería bueno si cambiáramos nuestro enfoque de American Idol a los numerosos pasajes bíblicos que nos dicen quiénes somos en Jesucristo.

Hay muchas razones que uno puede dar para no seguir la verdad conocida como: «Si dejo mi posición, habrá consecuencias económicas negativas. Ya tengo una buena reputación y si sigo la verdad por completo, se me considerará un enemigo y perderé todo respeto en mi círculo profesional». Sí, hay un costo para los que siguen la verdad, lo cual ya lo saben muchos de nuestros lectores, ¡pero las buenas noticias son que la recompensa es tan maravillosa que no hay comparación!

Obstáculos al descubrimiento de la verdad


La Biblia delinea tres obstáculos básicos que dificultan el descubrimiento de la verdad y tienen drásticas consecuencias eternas. Para identificar estos tres obstáculos, vamos a empezar con un estudio de las palabras duras de Jesucristo a Sus discípulos sobre los fariseos. En la porción a continuación, Jesús cita Isaías 6:9-10 y el Salmo 119:70:

«A ustedes se les ha concedido conocer los secretos del reino de los cielos; pero a ellos no. Al que tiene, se le dará más, y tendrá en abundancia. Al que no tiene, hasta lo poco que tiene se le quitará. Por eso les hablo a ellos en parábola.Aunque miran, no ven; aunque oyen, no escuchan ni entienden. En ellos se cumple la profecía de Isaías: “Por mucho que oigan, no entenderán; por mucho que vean, no percibirán. Porque el corazón de este pueblo se ha vuelto insensible; se les han embotado los oídos, y se les han cerrado los ojos. De lo contrario, verían con los ojos, oirían con los oídos, entenderían con el corazón y se convertirían, y yo los sanaría”. Pero dichosos los ojos de ustedes porque ven, y sus oídos porque oyen» (Mt 13:11-16).

Pablo también cita esta porción de Isaías en los últimos versículos de Hechos. Los judíos querían saber lo que Pablo estaba enseñando. Por eso, un día les habló todo el día, de la mañana a la noche. Tenemos este registro bíblico:

Unos se convencieron por lo que él decía, pero otros se negaron a creer. No pudieron ponerse de acuerdo entre sí, y comenzaron a irse cuando Pablo añadió esta última declaración: «Con razón el Espíritu Santo les habló a sus antepasados por medio del profeta Isaías diciendo: “Ve a este pueblo y dile: ‘Por mucho que oigan, no entenderán; por mucho que vean, no percibirán.’ Porque el corazón de este pueblo se ha vuelto insensible; se les han embotado los oídos, y se les han cerrado los ojos. De lo contrario, verían con los ojos, oirían con los oídos, entenderían con el corazón, y se convertirían, y yo los sanaría”. Por tanto, quiero que sepan que esta salvación de Dios se ha enviado a los gentiles, y ellos sí escucharán» (Hch 28:24-28).

 El hombre sabio dijo:

«Entonces me llamarán, pero no responderé; me buscarán de mañana, pero no me hallarán. Por cuanto aborrecieron la sabiduría y no escogieron el temor de Jehová, sino que rechazaron mi consejo y menospreciaron todas mis reprensiones, comerán del fruto de su camino y se hastiarán de sus propios consejos» (Pr 1:28-31).

 Estoy repitiéndome con estas tres referencias bíblicas, que dicen casi lo mismo, porque creo que los destinos eternos dependen de los principios que enseñan. Muchos de los judíos del tiempo de Jesús rechazaron al Salvador debido a uno o más de los tres obstáculos para el descubrimiento de la verdad. Es de vital importancia que no caigamos en uno de estos tres modos de pensamiento que tienen el potencial de cegarnos, de ensordecer nuestros oídos, y de endurecer nuestros corazones a la verdad. Entonces, ¿cuáles son estos tres obstáculos al descubrimiento de la verdad?

  • Negarse a seguir la verdad conocida

Hay muchas razones que uno puede dar para no seguir la verdad conocida como: «Si dejo mi posición, habrá consecuencias económicas negativas. Ya tengo una buena reputación y si sigo la verdad por completo, se me considerará un enemigo y perderé todo respeto en mi círculo profesional». Sí, hay un costo para los que siguen la verdad, lo cual ya lo saben muchos de nuestros lectores, ¡pero las buenas noticias son que la recompensa es tan maravillosa que no hay comparación!

  • Negarse a estudiar y buscar la verdad para uno mismo

Tengo un amigo querido que dice: «Sé lo que creo; no quiero estudiar contigo. Confío en los líderes de la iglesia para enseñarme la verdad». ¿Cuántos mormones o testigos de Jehová pueden decir lo mismo? Por eso siempre decimos: «La verdad auténtica puede superar la investigación y el error no puede superarla». Como señalamos antes, somos amonestados repetidas veces en la Biblia a estudiarla para nosotros mismos. Es una buena idea examinar cada enseñanza que oímos a la luz de las palabras de la Biblia.

Éstos eran de sentimientos más nobles que los de Tesalónica, de modo que recibieron el mensaje con toda avidez y todos los días examinaban las Escrituras para ver si era verdad lo que se les anunciaba (Hch 17:11).

  • Negarse a aceptar la verdad porque no nos gusta

Hay muchos individuos que no aceptan la verdad porque no les gusta. Sin embargo, la agradabilidad no es un factor determinante de la verdad. Hay que evaluar la verdad en una balanza que no tenga que ver con nuestros gustos y disgustos. No me gusta la idea de que algunas personas se encontrarán eternamente separadas de Dios. Pero, de modo que las Sagradas Escrituras enseñan esto, debo aceptarlo como la verdad. Puede que a algunas personas no les guste la idea de que Dios da vida a los pecadores aunque todavía estén muertos en su pecado, pero sí lo hace. También es posible que otros individuos no crean en el pecado o en el hecho de que Jesús es el único camino al Padre pero, no obstante, de todos modos siguen siendo verdades importantes.

Las bendiciones de la verdad

Las bendiciones de la verdad son muchas y reales. Voy a concluir con unas porciones de la Biblia con la esperanza de que le dé sed para descubrir la verdad por sí mismo.

Encamíname en tu verdad, ¡enséñame! Tú eres mi Dios y Salvador; ¡en ti pongo mi esperanza todo el día! (Salmos 25:5).

No me niegues, Señor, tu misericordia; que siempre me protejan tu amor y tu verdad (Sal 40:11).

Yo sé que tú amas la verdad en lo íntimo; en lo secreto me has enseñado sabiduría (Sal 51:6).

Que nunca te abandonen el amor y la verdad: llévalos siempre alrededor de tu cuello y escríbelos en el libro de tu corazón (Pr 3:3).

 … pues la ley fue dada por medio de Moisés, mientras que la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo (Jn 1:17).

Pues todo el que hace lo malo aborrece la luz, y no se acerca a ella por temor a que sus obras queden al descubierto. En cambio, el que practica la verdad se acerca a la luz, para que se vea claramente que ha hecho sus obras en obediencia a Dios (Jn 3:20-21).

Jesús se dirigió entonces a los judíos que habían creído en él, y les dijo: «Si se mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres» (Jn 8:31-32).

Santifícalos en la verdad; tu palabra es la verdad. Como tú me enviaste al mundo, yo los envío también al mundo. Y por ellos me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad (Jn 17:17-19).

Manténganse firmes, CEÑIDOS CON EL CINTURÓN DE LA VERDAD (Ef 6:14).

            Concluimos este estudio corto sobre la verdad con las palabras del Evangelio de Juan:

—¡Así que eres rey! —le dijo Pilato.

—Eres tú quien dice que soy rey. Yo para esto nací, y para esto vine al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que está de parte de la verdad escucha mi voz.

—¿Y qué es la verdad? —preguntó Pilato (Jn 18:37-38a).

Un poco después Pilato, perspicaz e inadvertidamente, contesta su propia pregunta:
—¡Aquí tienen al hombre! (Jn 19:5).

 

 

Notas finales

1Douglas Groothius, Christian Apologetics—A Comprehensive Case for Biblical Faith, Downers Grove, IL: Inter Varsity Press, 2010.

2Ibid., pág. 123.

3Ibid., pág. 125, Aristóteles, Metafísicas, 4.7.

42 Timoteo 2:13.

5Juan 10:35.

6Romanos 1:18-20.

7Hebreos 5:12-6:3.


Dale Ratzlaff es el fundador de los ministerios Life Assurance, Inc., y dueño de LAM Publications, LLC. Sirvió como pastor adventista durante 13 años; siete de ellos, en la Academia Monterey Bay, donde enseñaba Biblia. Él y su Dale Ratzlaffesposa, Carolyn, partieron de la iglesia Adventista en 1981, cuando él se dio cuenta de que ya no podía continuar enseñando el juicio investigativo por cuestiones de conciencia. Dale ha escrito Sabbath in Christ (Sábado en Cristo) y Cultic Doctrine of Seventh-day Adventists (La doctrina sectaria de los Adventistas del Séptimo Día), The Truth About Seventh-day Adventist “Truth” (La Verdad sobre la «verdad adventista») y Truth Led Me Out (La verdad me llevó hacia fuera). Estos libros están disponibles en su sitio web: www.LifeAssuranceMinistries.com. Los Ratzlaff viven en Casa Grande, Arizona.