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En el verano de 2002, mi esposa y yo estábamos buscando una iglesia. Decidimos ir a Lincoln Berean Church (LBC), principalmente porque tenía un servicio el sábado por la noche. Lo del «domingo» era todavía un poco extraño y espantoso. LBC tenía el beneficio adicional de ser bastante grande, lo que nos permitía entrar y salir anónimamente sin ser detectados. El pastor Bryan Clark estaba predicando una serie sobre Salmos. Yo estaba sorprendido. Nunca antes había oído la Biblia enseñada exegéticamente, línea por línea. Salí con un sentido de «haber digerido» ese pasaje y tenía hambre de más.

El verano junto a los Salmos fue maravilloso, pero la serie del otoño, «Verdaderamente libre», un estudio del libro de Gálatas, fue absolutamente transformadora para mí. Por momentos lloré durante el estudio. Todo lo que el Espíritu Santo había estado enseñándome en la Biblia, todas las revelaciones que me impulsaron a separarme del adventismo, se confirmaron por medio de la enseñanza contextual clara. Esto no era un texto manipulado para respaldar algo; era un enfoque metódico que hace difícil «piratear» un pasaje con alguna interpretación aberrante. Era como que Dios estaba diciendo: «No has sido engañado. La gracia es verdadera. Quiero que la veas, la creas, y la vivas. Confía en mí».

Muchos que han partido del adventismo han experimentado la emoción de encontrar una verdad bíblica que se hace viva milagrosamente por medio de la iluminación del Espíritu. La mayoría de nosotros ha vivido una vida tan aislada en la comunidad adventista que la convicción personal era la única manera de conectar con nosotros. Tal vez, esa sea la razón por la que muchos «ex» adventistas con quienes he hablado han decidido que de aquí en adelante es «mi Biblia, yo, y nadie más».

Nuestro deseo de seguir adelante a solas es comprensible. Todos hemos experimentado el trauma de reconocer que los maestros de confianza realmente estaban profundamente equivocados. Pero aquí está el problema: la Biblia desconoce la idea de una experiencia cristiana solitaria. Sí, el Espíritu nos enseña, confirma la verdad, y corrige los errores, pero a menudo Él opta por hacerlo con otros miembros del cuerpo de Cristo.

Cuando llegamos a Gálatas, el Espíritu Santo habló por medio del pastor Clark, confirmando y profundizando algo que el Espíritu ya me había enseñado. Pero con más frecuencia, a lo largo de los años, el Espíritu ha hablado por medio de Bryan, y otros, para corregir alguna confusión que he tenido, o para enseñarme algo totalmente nuevo. Si estuviera haciéndolo solitariamente, no cabe duda de que me iría por toda clase de tangentes extrañas sin percibir algunas verdades clave.

¿Por qué confío en Bryan? Pues, hay muchas razones, pero por mencionar una, él vive aquí. He almorzado con Bryan, hablado con él en su oficina, cenado con Él y su esposa, y oído a su hija contar historias mientras ella cortaba mi pelo. Aun Bryan encuentra el tiempo para responder a mis correos electrónicos y mis llamadas. Él rinde cuentas a su congregación porque vive con nosotros.

No hay un sustituto para la iglesia local con líderes locales. La televisión, la radio, los libros, y el internet complementan la enseñanza y la comunidad locales, pero ninguna de esas cosas puede reemplazar la iglesia local. Dios quiere que vivamos en comunidad, aprendiendo y creciendo juntos. Y Dios quiere que los líderes sean responsables de sus congregaciones. Estoy muy contento que mi pastor local tiene un artículo en esta edición de ¡Proclamación!, pero esto realmente no se trata de él. Esto es algo que he estado pensando últimamente. Se trata de mi deseo profundo de que mis hermanos y hermanas sean parte de un cuerpo local, creciendo y aprendiendo, guiados por hombres y mujeres de Dios sin la carga de nuestro pasado, y sin ser sometido a la autoridad eclesiástica. Es una tarea difícil, dado nuestro pasado, pero creo firmemente que es la voluntad de Dios para nosotros. Es tiempo de comenzar a vivir la vida después.


Chris Lee

Chris Lee vive en Lincoln, Nebraska, con su esposa, Carmen, y sus hijas, Ashlyn y Alyssa. Van a la iglesia Lincoln Berean. Chris se describe como «adicto a la teología», cuya misión es proclamar la gracia incomprensible de Jesús de manera clara, comprensible y bíblica. Chris es redactor del blog ¡Proclamación! en ProclamationMagazine.com. Pueden comunicarse con Chris por correo electrónico a ambulater@gmail.com