I was Scammed

 

Poco a poco el conocimiento de Su gran amor por mí está trasladándose de mi mente a mi corazón, y constantemente me encuentro alabando y adorando a Dios.

¡He sido estafada! De hecho, la estafa era tan engañosa que todavía me estoy tambaleando. Fui a un buscador para encontrar el número del teléfono de atención al cliente de una compañía grande. Después de hacer clic en lo que parecía el sitio web «oficial», llamé al número indicado. Me transfirieron a «una supervisora» y me dijeron que yo tenía un horrible virus de la red, y que tenía que comprar su software para eliminar el virus inmediatamente. Finalmente, percibí lo que estaba pasando y terminé la conversación, pero no antes de que les diera acceso a mi ordenador. ¡Ay!

Me he dado cuenta de que también he sido estafada en otra ocasión en cuanto al amor de Dios. Como adventista, a menudo oía la frase «Dios te ama», y también me enseñaron que el amor de Dios era sin condiciones. Desafortunadamente, las palabras empleadas en el adventismo para enseñarme sobre el amor sin condiciones de Dios eran contradictorias y legalistas. Pensaba que el amor de Dios era algo que se ganaba. Creía que mi falta de perfección podía decepcionar al amor que Él tenía por mí.

Me he metido en líos cuando he comparado el amor de Dios con el amor humano. A menudo, he esperado demasiado de los seres humanos. A veces el amor humano decepciona, ya sea por el rechazo, la falta de sensibilidad, o la ceguera a las necesidades de alguien. Con demasiada frecuencia, el amor humano está plagado por el egoísmo oculto y el amor condicional. El amor de Dios es completamente «diferente» porque Él es Dios, no es un ser humano. El amor humano se queda corto en comparación.

Este año, estoy leyendo la Biblia entera buscando una sola cosa: lo que la Biblia dice sobre el amor de Dios. También estoy rezando que Él traslade mi entendimiento de Su amor de mi mente a mi corazón. Es una oración que Él va a contestar porque le gusta hacerme crecer en Su carácter perfecto.

Rápidamente estoy resaltando varias porciones en mi Biblia. Poco a poco el conocimiento de Su gran amor por mí está trasladándose de mi mente a mi corazón, y constantemente me encuentro alabando y adorando a Dios.

Aquí tiene usted, estimado lector, algunas de las joyas preciosas que he encontrado: «Alabad a Jehová, porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia. Alabad al Dios de los dioses, porque para siempre es su misericordia» (Sal 136:1-2).

«“Porque los montes se moverán y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia ni el pacto de mi paz se romperá”, dice Jehová, el que tiene misericordia de ti» (Isaías 54:10).

«Nunca nadie oyó, nunca oídos percibieron ni ojo vio un Dios fuera de ti, que hiciera algo por aquel que en él espera» (Is 64:4).

El evangelio de Juan está lleno de declaraciones del amor de Dios, y están relacionadas con el propósito principal de Juan, lo que descubrimos en Juan 20:31: «Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre».

En el libro de Juan, Jesús instruye a Sus discípulos: «Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros» (Jn 13:34-35). Jesús lo dijo con claridad: «El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada con él» (Jn 14:23). «Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor» (Jn 15:9-10).

Ya no quiero ser estafada con respeto al gran amor que Dios tiene por mí. Poco a poco, estoy permitiendo que Su amor penetre hasta lo más profundo de mi ser, y mi alegría está aumentando. «“Estas cosas os he hablado para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea completo. Éste es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos”» (Jn 15:11-13).


Carolyn Macomber estaba haciendo el doctorado en la Universidad Andrews cuando descubrió contradicciones entre el adventismo yCarolyn Macomber la Biblia. Renunció a su membresía en la iglesia adventista en 2009. Es consejera matrimonial y familiar y es el contacto para los ex adventistas de The Chapel Evangelical Free Church en St. Joseph, Michigan.