El evangelio de nuestro Señor Jesucristo llega a nosotros, no como un buen consejo que debemos seguir, sino c
omo las buenas noticias sobre lo que Dios mismo ha hecho por nosotros en y a través del Señor Jesucristo. De hecho, es el anuncio de algo que ha pasado, la victoria que Dios realizó por medio de la muerte y la resurrección de Su Hijo. Y es un anuncio que exige nuestra reacción entusiasta de confiar en Aquel por quien las buenas noticias son posibles, y expresarle nuestra gratitud. Estas buenas noticias son el medio por el que entramos en la salvación y recibimos el regalo de la vida nueva en Jesucristo. Pero no es simplemente algo para el comienzo de nuestras vidas como cristianos.
El evangelio es el poder de Dios para la salvación: en el principio, en el medio, y al final de nuestras vidas espirituales. Así pues, las buenas noticias de Dios tienen que impregnar toda nuestra vida. Las buenas noticias despiertan nuestro amor por Jesucristo, nuestra antipatía contra el pecado, y nuestra dependencia de Jesucristo resucitado, por medio de Su Espíritu, en cada aspecto de nuestra vida cristiana. El evangelio no solamente es algo que creemos para tener seguridad de lo que sucederá después de nuestra muerte; es la verdad que forma, fortalece y dirige nuestras vidas antes de la muerte. El evangelio no solo es un mensaje que creemos y proclamamos; es un poder transformador que resulta en un estilo de vida que demuestra su veracidad.
Estoy muy agradecido por la comprensión que mi amigo Dale Ratzlaff tiene del evangelio de Dios y su amor por él, que son evidentes en cada página de este librito. Al llevarnos a considerar las palabras maravillosas del evangelio y de recordarnos la verdad extraordinaria de nuestra unión con Jesucristo, Dale no solo aumenta nuestra comprensión de la obra de Dios por nosotros, sino que profundiza nuestro amor por Jesucristo.
Los cristianos son la gente de las buenas noticias. Somos creados por el evangelio, y somos llamados a poner nuestra atención en la buena noticia y ser formados por ella. Nuestro llamado es ser gente del evangelio, gente de las buenas noticias que cree, vigila, proclama y encarna el evangelio. La Palabra de Dios nos dice que mientras contemplamos la gloria del Señor, somos transformados por el Espíritu a la imagen de Jesucristo. El evangelio es suficiente para salvarnos y poderoso para transformarnos. El libro de Dale es una ayuda provista por Dios que nos capacita para contemplar la gloria de nuestro Señor Jesús en el evangelio, y por consiguiente, a experimentar la Transformación en Cristo.
—Gary Inrig, Profesor de Loma Linda Word Search (LomaLindaWordSearch.com) y ex pastor principal de la Iglesia Trinity en Redlands,California.